España se encuentra entre los diez países más influyentes en la economía mundial, según se desprende del primer Índice de Gobierno de la Economía Internacional (IGEI) creado por la Fundación de Estudios Financieros (FEF).

En concreto, nuestro país se encuentra en el noveno puesto (7,17 puntos sobre 10) dentro de la clasificación que mide la capacidad y legitimidad con que cada país participa en el gobierno de la economía mundial. Lo que refleja que es un país abierto al mundo, la segunda potencia internacional en entrada de turistas y que acoge a un número de inmigrantes que crece a ritmos superiores a los demás países.

Estados Unidos encabeza la lista con 8,63 puntos, seguido de Reino Unido (8,32), Francia (8,16), Alemania (8,09), Canadá (7,32), Países Bajos (7,29), Japón (7,22) e Italia (7,18).

Además, España se sitúa en el 5º puesto en el apartado sociocultural, 8º en presencia política, 16º en su peso en la economía mundial y 18º en calidad institucional.

El informe, dirigido por el profesor Luis Ravina, fue presentado hoy en el Senado por el presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo, y contó con la intervención del presidente de la FEF, Xavier Adserá, y del director de la Oficina Económica del Presidente, David Taguas. para elaborarlo se han analizado 61 países, que suponen el 80% de la población del planeta y más del 87% del PIB mundial.

Problema energético

Durante su intervención, Rojo señaló la importancia de la "España de las autonomías", que ha supuesto una nueva identidad nacional renovada y una mayor cohesión que es envidiada por todo el mundo". No obstante, Xavier Adserá incidió en que España tiene dos grandes problemas energéticos, como son la enorme dependencia del sector exterior (el 80%) y la intensidad energética que continúa ascendiendo (energía usada para producir una unidad de PIB).

Europa (6,52) agrupa el mayor número de países con representación significativa en el gobierno de la economía mundial, aunque el elevado número de naciones dispersa la capacidad de gobierno de la UE. Por ello, debe tratar de consolidarse como un continente "estable y con voz propia en la escena internacional", señala el informe.