El testigo es el propietario de encofrados Román, donde trabaja Saed El Harrak. Después de no presentarse a trabajar el 6 de mayo de 2004 en el trabajo, el dueño de la empresa guardó las pertenencias de Saed El Harrak, hoy procesado.
Entre esas pertenencias, la Policía encontró un testamento de Kounja - uno de los suicidas de Leganés - en el que decía que iba a "partir hacia el martirio."
"Tenía ropa de trabajar, una bolsa de los calvos, un martillo (...)sus herramientas de trabajo. Cuando vimos que había cintas no quisimos mirar más, porque ya sabíamos que había sido detenido y llamamos a la policía(...) Tan pronto como vimos que había cintas cerramos la bolsa", ha declarado el testigo, añadiendo que no llegó a ver ningún sobre en su interior, porque se la dieron a la policía.
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