La declaración del ex jefe del Grupo de Estupefacientes de Avilés, Manuel Rodríguez Manolón, se ha retomado tras su declaración de ayer, con las preguntas de las acusaciones particulares y las defensas.
Manolón, quien tenía a Suárez Trashorras —presunto proveedor de los explosivos del 11-M— como confidente, ha asegurado que el ex minero le proporcionaba la información "a cambio de nada".
No obstante, ha reconocido que cuando el ex cuñado de Trashorras, Antonio Toro, salió de la cárcel, le hizo un regalo que —según Manolón— entregó íntegramente a Cáritas—.
Según Manolón, su relación con Suárez Trahorras —que había durado desde 2002 hasta 2003— se cerró tras los atentados del 11-M.
No obstante, el 12 de marzo le dijo que el atentado de Madrid "era cosa de los moros".
Los 'moritos'
Manolón ha asegurado que Trashorras "le habló de los moritos" a finales de 2003. "Me dijo que iba a bajar a llevarle unos regalos a su amigo el morito porque había tenido un hijo", recuerda el testigo —a preguntas del letrado de Suárez Trashorras—.
En esas fechas, Manolón llamó a Trashorras para que acudiese a la comisaría "a hablar de temas de drogas, pero no de explosivos".
También en esos días, Manolón fotocopió una agenda con los contactos de Suárez Trashorras.
Detención de Trashorras
"¿Usted no sabe ahora que Suárez Trashorras llevó a la policía a la casa de Morata desde Avilés?", le ha preguntado el letrado del ex minero. "No lo recuerdo", ha contestado Manolón.
Con esta pregunta, el abogado ha intentado aclarar hasta qué punto conocía o no Manolón la relación de Trashorras con el Chino, tras lo que Manolón ha afirmado: "A lo mejor Trashorras me controlaba a mí, y no yo a él".
De hecho, el inspector ha matizado que lo que estaban esperando es que Trashorras les dijese algo de los trapicheos de los moritos: "Trashorras se hacía de rogar (...), el nunca me dijo nada, pero en un momento determinado vi a Trashorras y dos moros", afirma.
Los avisos de Trashorras
El ex jefe de Estupefacientes de Avilés —quien ha reconocido que al tráfico de hachís no se le tiene muy en cuenta—, ha reiterado que Trashorras no le habló en ningún momento de explosivos: "Pregúntele a Emilio para qué subían los moros", ha dicho visiblemente contrariado.
Manolón, quien se puso en contacto con sus compañeros de Madrid cuando "tuve sospechas de que Emilio podía saber algo de los atentados", encontró por respuesta que Emilio ya estaba siendo investigado.
"Mi llamada no fue lo que provocó la subida de los policías de Madrid a Avilés para detenerle", matiza el inspector.
Después del 11-M
Tras los atentados de Madrid, Suárez Trashorras se puso en contacto con Manolón el 12 de marzo. "Esto es cosa de los moros (...), yo le dije que se callara, que era cosa de ETA", ha afirmado.
Según Manolón, él no tenía ni idea de que Trashorras supiera algo de los moros.
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