El juez expulsa otra vez de la sala a Zohuier por hacer gestos

Una mujer cuyo marido murió en el 11-M fue al juicio con una camiseta en la que se veía a Mahoma con una bomba en la cabeza.
El procesado Rafá Zouhier volvió a ser expulsado ayer de la sala mientras su ex novia declaraba como testigo. «Agentes, bájenlo al calabozo. Ha estado haciendo continuamente gestos y dando gritos desde el habitáculo», dijo el presidente del Tribunal, Javier Gómez Bermúdez, para justificar la segunda vez que echa de la sala al procesado.
En otra ocasión, Gómez Bermúdez no pudo reprimir decirle: ¿Se quiere callar de una puñetera vez?

La ex novia de Zouhier aseguró al Tribunal que éste no paraba de llamarla desde la cárcel para preguntarle qué iba a declarar: «Teníamos miedo y por eso cambiamos los teléfonos». «Rafá se dedicaba a todo tipo de delincuencia general», añadió.

Durante la sesión matinal del juicio, el juez Gómez Bermúdez ordenó a la Policía de la sala que sacara a una mujer que llevaba una caricatura de Mahoma en la camiseta para identificarla. La señora, que perdió a su marido en los atentados, lucía una camiseta con una imagen de Mahoma con una bomba en la cabeza haciendo de turbante.

El ex confidente de la Guardia Civil Francisco Javier Lavandera, que vinculó el 11-M con ETA, declaró ayer como testigo protegido que los comentarios que le hicieron Trashorras y Toro sobre sus contactos con ETA fueron una «chiquillada».

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