Blair puede dejar ya el Gobierno con los deberes hechos en Irlanda del Norte

  • El 'premier' habría utilizado la religión para convencer al unionista Paisley de que forme Gobierno con el Sinn Feinn.
  • El camino hacia el acuerdo incluyó la liberación de condenados por terrorismo hace años.
  • Zapatero felicitó a su par británico por el éxito de las negociaciones.
Ian Paisley y Gerry Adams(PAUL FAITH/POOL/EFE)
Ian Paisley y Gerry Adams(PAUL FAITH/POOL/EFE)
EFE/PAUL FAITH/POOL
Ian Paisley y Gerry Adams(PAUL FAITH/POOL/EFE)

Frente al desastre sin paliativos de la guerra de Irak, el primer ministro británico, Tony Blair, podrá dejar este año el Gobierno, según ha prometido, con los deberes hechos en Irlanda del Norte, donde ha logrado reunir en el Ejecutivo autónomo a dos enemigos que parecían irreconciliables.

La conferencia de prensa conjunta de este lunes en Belfast, en la que el líder unionista, Ian Paisley, y el dirigente de Sinn Fein, Gerry Adams, anunciaron su decisión de constituir un gobierno de protestantes y católicos el próximo 8 de mayo es con seguridad la mejor noticia que ha recibido últimamente el líder laborista.

Todo lo que se ha hecho en los últimos diez años ha sido una preparación para este momento

Si la decisión de atacar Irak sin el aval de la ONU y a despecho de la opinión mayoritaria de sus compatriotas quedará como un baldón en el historial del líder laborista, su firme determinación de resolver el sangriento conflicto de Irlanda del Norte será su mayor timbre de gloria.

Blair recordó, al comentar el acuerdo alcanzado por Paisley y Adams, que "todo lo que se ha hecho en los últimos diez años ha sido una preparación para este momento".

Dentro de ese proceso de acercamiento entre británicos e irlandeses, Tony Blair hizo ya historia al convertirse el 26 de noviembre de 1998 en el primer jefe de gobierno de Londres en dirigirse al Parlamento irlandés y hacerlo con un mensaje de fe en la política como sustituta de la violencia.

"Nada de esto es fácil, reconoció entonces Blair. Recibo muchas cartas de víctimas de la violencia que preguntan por qué estamos poniendo en libertad a presos terroristas. Es una pregunta difícil, pero mi respuesta es clara: El acuerdo (de Viernes Santo, del 10 de abril de 1998) no se habría producido de no haberse abordado el tema de los presos".

En medio de todos los problemas derivados de la marcha del conflicto iraquí, el líder laborista encontró tiempo para intentar una y otra vez reunir a las partes e, incluso, en uno de los momentos más difíciles del proceso llegó a hacer caso omiso de la constatación de la Comisión Independiente de Control de que las organizaciones paramilitares se habían atrincherado y seguían estrechamente conectadas a los partidos.

Nada de esto es fácil. Recibo cartas de víctimas de la violencia que preguntan por qué liberamos a presos terroristas

Blair no tuvo entonces en cuenta la implicación, derivada de esa constatación, de que los miembros y funcionarios de Sinn Fein debían quedarse sin los fondos públicos que teóricamente les correspondían.

El primer ministro británico tampoco se dejó desanimar por los repetidos tropiezos en el camino de la paz, que obligaron a suspender en febrero del 2002 el Gobierno de poder compartido para restaurarlo poco después y volverlo a suspender en octubre de ese mismo año, a raíz de un falso caso de espionaje del IRA en el castillo de Stormont (sede de la Asamblea norirlandesa).

Tampoco permitió que cundiera el desánimo cuando se suspendieron las nuevas elecciones, inicialmente previstas para mayo del 2002, o cuando, al celebrarse finalmente en noviembre de ese mismo año, los partidos moderados fueron barridos por los dos situados más al extremo: los unionistas de Paisley y el Sinn Fein de Gerry Adams.

Y cuando el 28 de julio del 2005, el IRA hizo su anuncio más esperado, el de que había ordenado el fin de su campaña armada por la independencia de Irlanda del Norte y en adelante perseguiría esos fines por medios pacíficos, Blair pudo hablar finalmente de "un paso de magnitud incomparable".

Pero quedaban aún nuevos obstáculos: el principal de ellos, la intransigencia del reverendo Ian Paisley, un líder que había pasado toda su larga vida política asegurando que jamás se sentaría en un gobierno junto a "un partido de terroristas" como Sinn Fein.

Y ahí, si hemos de creer una reciente información del diario The Guardian, Blair utilizó un arma secreta para tratar de convencer al dirigente unionista: la religión.

Según confirmó en efecto el propio Paisley, en los últimos años, sus conversaciones con el primer ministro habían ido más allá de la política y tratado de religión.

Si muchos critican al primer ministro por encomendarse al juicio de Dios, en lugar del de sus compatriotas, en su decisión de atacar a Irak, algo de lo que nunca se ha arrepentido, en el tema del Ulster, con su fe parece haber tocado finalmente la fibra del fogoso Paisley.

Zapatero felicita al 'premier'

Por su parte, el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, ha enviado un telegrama de felicitación a Blair, por el acuerdo para la restauración de la autonomía política en Irlanda del Norte.

En el telegrama, Zapatero hace llegar a Blair su "más calurosa felicitación por el importante acuerdo alcanzado para la restauración de la plena autonomía política en Irlanda del Norte".

El presidente español elogia además el "liderazgo político y el empeño personal" del mandatario británico para conseguir este objetivo y señala que "estoy también convencido de que estos avances en el proceso contribuirán de forma definitiva a la consolidación de una solución de paz y diálogo en Irlanda del Norte".

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