Primero dices: ¡uf, deja, deja!, que sea otro… pero como lo hacemos todo en equipo, se lleva muy bien.

¿Les dicen que son cañeros?

Si los políticos lo hacen mal, ¡qué le vamos a hacer! Nosotros se lo advertimos, pero se empeñan y los tribunales nos dan la razón.

¿Por qué le dedica uno su tiempo a los vecinos?

Siempre me han gustado los temas municipales. Y la verdad es que cuando te involucras es como una droga.

¿Roba tiempo a la familia?

Como estoy soltero, ese problema no lo tengo.

Si todos trabajan por sus vecinos, ¿qué le diferencia de un político?

Nunca me lo había planteado, supongo que a mí no me preocupa la reelección.

¿Qué le cuesta más?

Soy un gran tímido, así que hablar en público. Pero, bueno, a todo te acostumbras.

Busco piso, ¡véndame La Rondilla!

Está a cinco minutos del centro, no hace falta coche y es un barrio tranquilo; hay buena convivencia.

¿Por eso les gusta tanto a los inmigrantes?

Puede, hemos hecho un esfuerzo para que haya integración. Vienen despistados y necesitan información.

¿Cuál es el problema más urgente? Y no vale que me diga el aparcamiento.

En ese caso, un centro de día en el colegio San Juan de la Cruz.

Bio

Tiene 43 años. Es del barrio de toda la vida. De profesión: Licenciado en Historia, aunque de oficio trabaja como cartero.