Las mismas fuentes aseguraron, no obstante, que «aún no hay proyecto alguno», pero que «la opinión de varios arquitectos (municipales) es que la fachada se puede mantener».

«El problema», añadieron, «es que el volumen de edificabilidad de la zona apenas permite construir en 500 o 600 metros cuadrados más», para dar cabida a un retén de la Policía Local y a servicios sociales y culturales.

La respuesta desautoriza gravemente al edil de Comercio, Juan Zaragoza, quien junto al presidente de la asociación del barrio, Francisco Conesa, transmitió a los vecinos que costaba más restaurar la casa del escritor que tirarla y rehacerla; que ya existía un proyecto y que el alcalde, Luis Díaz Alperi, avalaba el derribo.

Hay dinero para el arreglo

La delegada de Hacienda, María Teresa Revenga, manifestó ayer que «existe una partida para rehabilitar la finca, que ahora deberá represupuestarse», y que dicha reforma «incluso estuvo adjudicada en 2003», pero el Instituto Valenciano de la Vivienda «propuso, correctamente, que primero se urbanizara la zona».

La vicepresidenta de la asociación, Loli Soriano, y el historiador Victor López, vecino del barrio, manifestaron anteayer su rechazo al derribo. En el mismo sentido se pronunció el alcaldable del Bloc, Toni Arques, para quien existen «zonas de servicios vacías desde hace 20 años», enfrentándose al proyecto anunciado por Zaragoza y Conesa. Así lo transmitió Arques a los vecinos anteayer.

Lorca también pudo perder su casa

El Ayuntamiento de Granada proyectó en 1980 derribar la casa de veraneo de Federico García Lorca, en la Huerta de San Vicente, para una carretera y nuevas edificaciones, según recuerda Juan de Loxa, ex director de la Casa Museo del célebre poeta en Fuente Vaqueros. «Pero nos movilizamos, con su hermano, Francisco García Lorca, y se frenó», aunque esté rodeada de edificios. «Miró es un escritor mayor, que admiro», opina De Loxa, que veranea en Alicante.