El mercado inmobiliario puede estar moderándose, pero los barceloneses que quieren comprarse un piso nuevo o de segunda mano, o alquilen una vivienda, ya dedican el 46,6% de los ingresos.

Esta cifra es casi la mitad de la renta familiar, según datos de la revista Xifres d’Habitatge, editada por el Patronat Municipal d’Habitatge y con números del segundo semestre del 2006. En sólo un año, el esfuerzo económico se ha disparado del 36,8% al 46,6%: los hogares tendrán que reducir el consumo en otras partidas.

Los precios se disparan

Los precios se dispararon de nuevo en el 2006, aunque la obra nueva experimentó un frenazo en el segundo semestre. Por primera vez desde 1997, el metro cuadrado bajó un 1,1%. Eso entre julio y diciembre, porque en el conjunto del año el encarecimiento llega al 14%.

La vivienda nueva subió por encima del 10% en cinco distritos. Fue extraordinario el incremento en Ciutat Vella (+30%), aunque Eixample (+24%) no se quedó atrás. Sólo descendieron en Les Corts (-5%).

Sarrià-Sant Gervasi sigue como la zona más cara. A 8.350 euros por metro cuadrado, un piso (media: 128,2 m2) cuesta más de un millón de euros.En Nou Barris, una vivienda nueva (media: 110,1 m2) vale 474.000 euros.

El alquiler sigue subiendo

Al encarecimiento del alquiler sí que no se le ve final (+15,2% en todo el 2006). Alquilar un piso medio (70,8 m2) ya supera los 1.000 euros mensuales. Ese año se firmaron 23.975 contratos.

Jóvenes de V de Vivienda simularon ayer ante la Torre Agbar un sorteo de pisos para protestar por la escasez de la protección oficial.

4.500 viviendas nuevas por vender

El parque de viviendas nuevas que esperan un comprador casi se ha duplicado en un año. Si en 2005 eran 2.649, el año siguiente subieron a 4.508 (+70%). Según el concejal de Suelo y Vivienda, Eugeni Forradellas, ello demuestra el aterrizaje del sector inmobiliario.

El responsable municipal garantizó que habrá suelo para que en el futuro próximo se vayan sorteando 2.000 pisos anuales. Por ejemplo, el pleno aprobará hoy impulsar 2.211 nuevas viviendas sociales. Forradellas no quiso hacer «proyecciones de futuro» sobre cuándo cesará la gran demanda de pisos de protección oficial en Barcelona.