Un ejército secreto contra Europa

Cadáver de Aldo Moro hallado el 9 de mayo de 1978. Propugnaba un Gobierno de coalición con el PCI.
Cadáver de Aldo Moro hallado el 9 de mayo de 1978. Propugnaba un Gobierno de coalición con el PCI.
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Cadáver de Aldo Moro hallado el 9 de mayo de 1978. Propugnaba un Gobierno de coalición con el PCI.

El miedo paranoico a una invasión soviética de Europa llevó a Estados Unidos y la OTAN a desarrollar la Red Gladio, un ejército en la sombra que fue autor de múltiples asesinatos y atentados.

En octubre de 1990, el entonces primer ministro italiano, Giulio Andreotti, reconoció ante el Parlamento de su país la existencia de un "ejército en la sombra"  denominado Red Gladio, existente desde 1958, y que siempre contó con la aprobación del Gobierno italiano. Su objetivo era evitar un ascenso de la izquierda en la política de Europa Occidental.

A raíz de estas revelaciones, la existencia de Gladio pasó de ser una ‘teoría de la conspiración’ a un hecho incontrovertible. Desde entonces, múltiples investigaciones han logrado bosquejar un panorama estremecedor de ese ‘poder en la sombra’, capaz de acciones criminales que, por fin, encuentran explicación.

Todo había comenzado en los años 50. EE UU decidió crear en Europa Occidental una red de ‘voluntarios’ dispuestos a enfrentar una posible "invasión soviética", que suscitaba un miedo cerval en el establishment estadounidense.

Los ‘voluntarios’ reunirían  información de inteligencia, crearían y mantendrían abiertas diferentes rutas de escape y formarían movimientos de resistencia. La financiación correría a cargo de la CIA, y cada grupo trabajaría en colaboración con las unidades de inteligencia de su país, bajo la coordinación de un comité de la OTAN. Se les dotaría de armas y explosivos.

Este ejército secreto (stay-behind army) anticomunista estuvo activo durante toda la Guerra Fría y llevó a cabo decenas de acciones de violencia y terror, enmarcadas en la ‘estrategia de la tensión’ que dominaba la política de EE UU.

Tras la revelación de Andreotti en 1990, periodistas italianos y belgas, principalmente, comenzaron a investigar los vínculos entre estos ‘ejércitos en la sombra’ y la aparición del terrorismo en Europa Occidental. Así se pudieron desentrañar las claves de un gran número de actos terroristas que habían convulsionado distintos países durante más de 20 años.

En Italia, la actividad de Gladio fue especialmente virulenta, dada la fuerza del Partido Comunista Italiano y el hecho de que algunos miembros de la Democracia Cristiana no tenían inconveniente en pactar un Gobierno de coalición.

El 12 de diciembre de 1969, una bomba explotó en un banco de la piazza Fontana de Milán. Murieron 17 personas y 88 resultan heridas. La inteligencia de EE UU había sido informada con antelación, pero no se lo dijo a las autoridades italianas, según reveló The Guardian en junio de 2000.

Un general de contrainteligencia militar aseguró que los explosivos fueron suministrados a un grupo fascista italiano por otro grupo terrorista de Alemania, y que la inteligencia de EE UU "pudo haber ayudado en la transferencia de explosivos".

En la mañana del 2 de agosto de 1980, Italia vivió su peor ataque terrorista en la estación de tren de Bolonia. Murieron 85 personas y hubo más de 200 heridos. Tras una investigación larga y complicada, cuatro terroristas de extrema derecha fueron condenados a cadena perpetua en 1988. Gladio seguía actuando.

En 1977, en España, Gladio participó en la masacre de Atocha, en la que cuatro jóvenes abogados laboralistas  y un sindicalista fueron ‘fusilados’  a sangre fría. Otras cuatro personas más quedaron malheridas. Un informe del Comité Ejecutivo de los Servicios de Inteligencia y Seguridad italianos declaró que Carlo Cicuttini, un neofascista de ese país relacionado con Gladio, participó en la matanza. Cicuttini estaba exiliado en España y se había naturalizado español.

Aldo Moro (1916-1978), sacrificado

Pero tal vez, la acción más decisiva de la Red Gladio, fue el secuestro y asesinato del influyente político italiano Aldo Moro en 1978, cuando se estaba fraguando un Gobierno de coalición entre los demócrata cristianos y los comunistas que hubiera cambiado el panorama político de Europa. El asesinato de Moro por parte de las Brigadas Rojas (BR) dio al traste definitivamente con esa jugada política.

Aldo Moro fue primer ministro de Italia entre 1963 y1968, y de 1973 hasta 1976. En 1978, todavía político prominente en el Partido Demócrata Cristiano, Moro fue secuestrado por las  Brigadas Rojas. Iba al Parlamento para votar un nuevo Gobierno con el apoyo del Partido Comunista (PCI). Tras 55 días secuestrado, fue asesinado.

Años más tarde se supo que las BR estaban infiltradas, en su más alto nivel, por oscuros personajes conectados con los Servicios Secretos italianos. Un periodista que lo denunció ese mismo año, Mino Pecorelli,  fue asesinado a tiros en Roma el año siguiente. Había escrito que el secuestro de Moro fue cometido por un "superpoder lúcido". En 2002 , el mismo Giulio Andreotti, que había reconocido la existencia de Gladio en 1990, fue declarado culpable de "ordenar" el asesinato de Pecorelli. ¿Quién ordenó, realmente, asesinar a Moro?

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