Alfaro dice que intenta todos los días impulsar una iniciativa para "oxigenar" la situación teatral en Valencia

Rodolf Sirera cree que "la escena valenciana siempre ha tenido talentos interesantes pero no siempre la difusión necesaria"
Los ganadores de los Premios MAX de las Artes Escénicas
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El director valenciano Carles Alfaro asegura que el estado de los profesionales de las artes escénicas en Valencia es "agónica" y ha remarcado que, tras haber cerrado hace una década el Espai Moma en la capital del Turia, intenta "todos los días" poner en marcha algún tipo de iniciativa que contribuya a "oxigenar y reinventar" la situación.

Alfaro se ha pronunciado en estos términos, en declaraciones a Europa Press, después de haber sido reconocido con dos Premios Max en la gala que se celebró anoche en Madrid. En concreto, recogió el galardón a mejor dirección por 'El lindo don Diego' y a la mejor adaptación por 'L'estranger' de Camus, realizada junto al también valenciano Rodolf Sirera.

El director teatral ha manifestado su "satisfacción" por estos galardones porque suponen un reflejo de que "a alguien le ha interesado lo que has hecho y te da un impulso a seguir exigiéndote más".

Preguntado sobre el nuevo rumbo de la artes escénicas españolas, Alfaro ha considerado que "la situación actual agudiza cierto compromiso con lo que haces y es inevitable ahondar, de una manera menos artificiosa, en el teatro en su faceta terapéutica. "El teatro tiene en momentos como éste un extraordinario valor y es muy saludable porque es un juego de ponerse en el lugar de los otros", ha razonado. "Para el teatro son momentos, paradójicamente, bastante ricos", ha apostillado.

No obstante, el director subraya la incidencia de la crisis económica en todo el país y cree que tiene todavía mayor incidencia en Valencia, donde la situación es, a su parecer, "absolutamente impresentable" y donde por ejemplo los actores —"y más aún tras el cierre de Radio Televisión Valenciana (RTVV)", recuerda— no tienen apenas posibilidad de trabajo". "Va a cumplirse una generación entera malgastada de energía se ilusiones", ha advertido.

Por ello, ha aseverado que intenta "por todos los medios reinventar" y ver "qué se puede hacer desde la iniciativa privada o colectiva" porque con la administración, ha reconocido, hay una relación de "desconfianza" y no mantiene comunicación.

"Lo intento cada día y lo voy a seguir intentando hasta conseguirlo porque algo hay que hacer; es complicado, desde luego, pero por mí no va a quedar", ha garantizado.

Alfaro —que, pese a continuar residiendo en Valencia asegura que no ha recibido en estos años una oferta de trabajo de proyectos valencianos que "no habría rechazado", remarca— ha añadido que el cierre de Espai Moma fue "una premonición". "Cerramos porque no estábamos dispuestos a convertirlo en un cajón de sastre, la pretensión no era simplemente asegurarnos un jornal, sino que era una manera de entender que había otra Valencia posible".

Por su parte, el otro valenciano distinguido con un Max, Rodolf Sirera, se ha referido a la notable presencia de artistas de la Comunitat que este año estaban nominados y ha subrayado que "la escena valenciana siempre ha tenido talentos y nombres interesantes pero no siempre la difusión necesaria".

"somos un país de comienzos"

"Tenemos cierta tendencia a comenzar y comenzar, somos un país de comienzos, pero nos falta la constancia suficiente", ha apuntado el dramaturgo.

Sirera ha llamado la atención sobre el surgimiento en España de "una nueva generación que lleva un tiempo ocupando un lugar muy destacado". Al mismo tiempo, ha resaltado el desarrollo de un teatro de "producciones pequeñas, más próximas, no tan pendientes de una puesta en escena grande y espectacular y más preocupadas en llegar al espectador con los elementos más simples y que constituyen la esencia del teatro, como son el texto y los personajes".

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