El líder de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, y otros detenidos por desafiar la prohibición gubernamental de realizar manifestaciones no podrán abandonar el país hasta que se presenten ante un tribunal, dijo el lunes un portavoz de la policía.
Esta decisión llega cuando el Gobierno del presidente Robert Mugabe está recibiendo nuevas críticas por la paliza que recibió el portavoz jefe de Tsvangirai, Nelson Chamisa, a manos de una banda el domingo en el aeropuerto de Harare, obligándole a dejar el viaje que tenía previsto a Bruselas.Al menos otros tres activistas del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) dijeron que tampoco se les permitió salir del aeropuerto durante el fin de semana, aumentando la
Tsvangirai, Chamisa y decenas de dirigentes opositores y de grupos civiles se enfrentan al cargo de violencia pública después de que fueran arrestados el 12 de marzo cuando intentaron participar en un mitin prohibido por una nueva norma gubernamental que impide las concentraciones políticas.
Los detenidos aseguran que fueron golpeados salvajemente cuando estaban bajo custodia policial, y las imágenes de sus caras hinchadas desataron una oleada de críticas internacionales al Gobierno de Mugabe, que se enfrenta a la peor crisis económica desde hace décadas.
Tsvangirai salió el viernes de un hospital en la capital, Harare, donde fue atendido por una fractura de cráneo.
La sesión judicial sobre el caso fue cancelada la semana pasada y aún no se establece una nueva fecha para llevarla a cabo.El sábado, dos responsables de la oposición fueron detenidos en el aeropuerto de Harare cuando se dirigían a Sudáfrica
Otros responsables del partido informaron de que unos desconocidos golpearon el domingo a Nelson Chamisa, diputado del MCD, una semana después de que la policía iniciase su última campaña contra las fuerzas que se oponen al presidente Mugabe.
El presidente de 83 años, el único que ha tenido el país desde la independencia británica, está siendo muy criticado por el tratamiento a los dirigentes de la oposición, que llevan tiempo acusándole de llevar a cabo unas políticas draconianas y una pésima gestión económica.
El que fue considerado granero de África sufre ahora escasez de comida y petróleo, una inflación de más del 1.700 por ciento y un desempleo de alrededor del 80%.
Tsvangirai aseguró la semana pasada que seguirá luchando para acabar con el mandato de Mugabe, que dura ya 27 años, y señaló que cree que los cambios democráticos están a la vista.
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