A partir de ese momento, los técnicos inspeccionan el estado de la construcción y deciden si la declaran en ruinas. En ese caso, se obliga al dueño a realizar obras menores, como apuntalamientos o instalación de redes para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Si se niega, es el Ayuntamiento quien las ejecuta con cargo a él, hasta que se publica la orden de demolición.Durante el año pasado, este proceso se cerró por completo en ocho inmuebles que fueron declarados en ruinas, derribados y vueltos a levantar. Los otros 30 están pendientes de finalizar los trámites.

Por otra parte, durante el mismo periodo, el Consistorio abrió 564 expedientes por deficiencias, como grietas o cornisas con peligro de desprendimientos. En ese mismo año, y una vez revisados estos expedientes administrativos, el Ayuntamiento ordenó reparar 210 inmuebles. Los 354 casos restantes siguen en marcha.

Los propietarios pueden hacer oídos sordos a las órdenes de subsanar los problemas, pero si quisieran vender el inmueble, las taras constarían en el expediente.

Dinos

... dónde hay fincas que se caen

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Dos edificios se vienen abajo

Pese a las medidas de control, dos edificios se han desplomado en lo que llevamos de año. El primero, el 10 de enero en la calle Juan de Vilarrasa, dejó dos obreros heridos (estaba en proceso de rehabilitación). El segundo se hundió en febrero en la calle Palomar por las obras de un parking subterráneo.