Madres de ficción a la altura de las madrastras de los cuentos

  • A pesar de que las malvadas madrastras de los cuentos se llevan toda la mala fama, también hay algunas madres biológicas de ficción más malas que la quina.
  • Como 20 minutos hizo por el Día del Padre, aprovechamos la celebración este domingo del Día de la Madre para recopilar algunos malos ejemplos de maternidad que nos brinda la ficción.
  • Caperucita Roja, Eric Cartman y Leonard, de The big bang theory, son algunos personajes marcados por sus progenitoras.
Pamela Voorhees es la madre de Jason, el psicópata de Viernes 13. El joven tenía a quién parecerse.
Pamela Voorhees es la madre de Jason, el psicópata de Viernes 13. El joven tenía a quién parecerse.
Pamela Voorhees es la madre de Jason, el psicópata de Viernes 13. El joven tenía a quién parecerse.

La culpa de todo la tienen los cuentos infantiles. ¿Quién le da a comer a Blancanieves una manzana envenenada? Su madrastra. ¿Quién convierte a Cenicienta en su criada y le impide ir al baile más animado del reino? Su madrastra. ¿Quién convence al padre de Hansel y Gretel de abandonar a los niños en el bosque con la excusa de que no hay dinero suficiente para alimentarlos? Efectivamente.

Uno diría que, por regla general, las madrastras son pérfidas: cuando las exigencias del guión obligan a meter a alguna progenitora malvada, los autores suelen echar mano de mujeres casadas en segundas nupcias. Luego llega el Día de la Madre y a las pobres madrastras, oprimidas por una mala fama injusta, les entra el bajón. Madrastras del mundo: animaos. Puede que no abunden las madres malvadas en el cine, la literatura y la música, pero haberlas haylas. He aquí diez malas formas de ejercer la maternidad:

Madre negligente. ¿Qué les parece alentar a una niña a que cruce sola un bosque por el que campan animales salvajes? Pues eso hizo la madre de Caperucita Roja. Señora: si realmente es tan importante llevarle huevos, leche y miel a la abuelita, ¿no podría acercarse usted directamente, o al menos acompañar a la niña? "Ten cuidado con el lobo y tal", le advierte la muy negligente, sin darle siquiera a Caperucita un cuchillo de monte con el que defenderse. A pesar de que en los últimos años se han impuesto finales edulcorados, con leñadores salvadores incluidos, en el cuento original de Perrault la cosa acababa muy mal. Como es lógico.

Madre arpía. Interponerte entre tu hija y su novio está feo, incluso aunque tú le hubieras echado el ojo primero. Si la tentación llama a tu puerta, quizá puedas aprender de los errores ajenos viendo el comportamiento de Mrs Robinson en la película El Graduado (Mike Nichols, 1967). Moraleja: si tienes previsto seducir a un jovencito al que doblas la edad, antes de dar ningún paso piensa en si cabe la posibilidad de que tu ligue acabe emparejándose con tu hija. Bueno, y tampoco estaría de más tener en cuenta los sentimientos del señor Robinson, si lo hubiere...

Madre malcriadora. En el apartado de niños malcriados y sobrealimentados, Eric Cartman, el personaje de la serie de dibujos animados Southpark, es uno de los que se llevan la palma. ¿Y acaso la culpa es de su malvada madrastra? No señor: la culpable es su madre, Liane Cartman, que lo mima sin medida. Obedece a su hijo cada vez que tiene una rabieta, le anima a hincharse a bolitas de queso mientras ve la televisión e insiste en que su hijo, cuyo cuerpo abulta el doble que el de sus compañeros de clase, no está gordo, sino que es "de huesos anchos" y "está fuertecito". ¡Que alguien llame ya a Supernanny!

Madre desquiciante. Si no quieres que tu hijo acabe imitando tu voz, poniéndose toquilla y peluca con moño y convirtiéndose en uno de los asesinos en serie más famosos de la historia, no le agobies: déjale ser él mismo y dale un poco de libertad. No sigas el ejemplo de la señora Bates, que dejó a su hijo Norman con el cerebro hecho puré de calabacín. El personaje fue creado por Robert Bloch (1960), aunque vue la versión cinematografica de Psicosis, rodada por Alfred Hitchcock y protagonizada por Anthony Perkins, la que lo hizo inmortal.

Madre fanática. El extremismo religioso y la educación de una adolescente no maridan bien.  No es buena idea ocultarle a tu hija la existencia de la menstruación, impedir que se relacione con chicos, encerrarla en el armario cuando no obedece... Así es como educó Margaret White a su hija Carrie (Stephen King, 1974). No sigas su ejemplo. Y, si ignoras nuestro consejo, no nos vengas luego llorando cuando tu hija utilice sus poderes telequinésicos para acabar contigo...

Madre sobreprotectora. Entre los personajes que pululan por ese gran disco conceptual que es El Muro (Pink Floyd, 1979) destaca la ominosa figura de la madre sobreprotectora y la reflexión sobre hasta qué punto esto puede llegar a afectar a la personalidad. "Mamá chequeará a todas tus novias", "mamá siempre averiguará dónde has estado", "mamá te tendrá bajo su ala y no te dejará volar, aunque puede que te deje cantar", rezan algunas de las estrofas. Espeluznante, ¿verdad?

Madre tirana. La protagonista de la obra de teatro La casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca, 1936) se ha acabado convirtiendo en un arquetipo del autoritarismo y la represión. Una madre tirana que tiene a sus cinco hijas prisioneras en su propia casa, esclavas del qué dirán y de la obsesión de guardar las apariencias.

Madre psicópata. El pobre Jason, que en la sangrienta saga de Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980) se carga a los insensatos que acampan cerca de Crystal Lake ataviado con una máscara de hockey, se lleva toda la mala fama. ¿Pero podría ser que Jason no fuera en realidad más que una víctima de sus genes? Que conste en acta que la primera en asestar puñaladas a diestro y a siniestro con un cuchillo de cortar queso fue su madre, Pamela Voorhees. Y, como todos sabemos gracias a Mendel y su experimento con guisantes, estas cosas se heredan...

Madre codiciosa. La odiosa protagonista de Flores en el Ático (V.C. Andrews, 1979), Corinne Dollanganger, fue escogida como la peor madre de ficción de la historia por BookFinder.com. Méritos no le faltaban a esta señora: mantener encerrados en un ático a sus cuatro hijos para poder cobrar una herencia y hacerles perrerías diversas como darles a los niños donuts espolvoreados con venenillo. Ni la madrastra más mala es tan mala como mamá Corinne.

Madre fría. Si tratas a tu vástago no como a un hijo, sino como a un especimen al que someter a todo tipo de experimentos, no te extrañes luego si no se entusiasma ante la perspectiva de hacerte una visita. A Leonard Hofstadter, uno de los protagonistas de la serie Big Bang Theory, le entran sudores fríos cada vez que su progenitora, la psiquiatra y neuróloga Beverly Hofstadter, se deja caer por allí y desgrana delante de sus amigos todo tipo de humillantes sucesos de su niñez. Es verdad que Sheldon Cooper (cuya madre está obsesionada por la religión) y Howard Wolowitz (cuya escatológica progenitora se comunica con él a grito limpio) tampoco han salido muy bien parados... Pero al menos ellos no tuvieron que fabricarse una máquina de abrazos para sentir un poco de calor humano, como hizo el pobre Leonard cuando era niño.

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