El MET de Nueva York reúne por primera vez los retratos de Goya a la familia del conde de Altamira

  • Los retratos, de entre 1786 y 1788, nunca se habían exhibido bajo un mismo techo.
  • El conde, uno de los hombres más ricos de su tiempo, era el gobernador de la entidad que se convertiría en el Banco de España.
  • El bellísimo y perturbador "El niño rojo" es la gran pieza de la exposición.
El retrato de uno de los hijos de los condes, conocido como "El niño de rojo", es la gran joya de la exposición
El retrato de uno de los hijos de los condes, conocido como "El niño de rojo", es la gran joya de la exposición
Metropolitan Museum of Modern Art
El retrato de uno de los hijos de los condes, conocido como "El niño de rojo", es la gran joya de la exposición

Los cuatro retratos que Francisco de Goya realizó a la familia del conde de Altamira, un acaudalado noble del siglo XVIII, están reunidos por primera vez a la vista del público. Los óleos, pintados por el maestro entre 1786 y 1788, justo antes del giro prerromántico y radical que adoptaría a partir de 1793, nunca antes habían sido presentados bajo un mismo techo. No sucede en España, sino en Nueva York (EE UU).

El mérito se lo lleva el museo Metropolitan (MET) con la muestra Goya and the Altamira Family (Goya y la familia Altamira), que ocupará desde el 22 de abril hasta el 3 de agosto una de las galerías dedicadas a pintura europea de la inmensa pinacoteca. La reunión de los retratos ha sido posible gracias a un acuerdo entre el MET, propietario de un par de los cuadros, y el Banco de España, que tiene otro en sus fondos patrimoniales. El cuarto pertenece a una colección privada.

La entidad de la que nacería el Banco de España

Francisco de Goya había sido contratado para realizar una serie de retratos de personas vinculadas al Banco de San Carlos, la entidad creada por Carlos III en 1782 de la que emergería el Banco de España. Uno de los hombres más ricos de España, el aristócrata Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán (1756-1816), decimosegundo Conde de Altamira, fue nombrado gobernador de la recién creada firma financiera.

El pintor, que había adquirido notoriedad con sus retratos a personajes de la corte  madrileña y recibió el mecenazgo de los Duques de Osuna, fue recibido con las manos abiertas por los Altamira. El conde, un gran coleccionista de arte, fue el primero en posar. Era de baja estatura y Goya, en una de sus jugadas críticas, enfatizó aún más la característica retratándolo en un butacón de tapicería amarilla y al lado de una mesa que le llega a la altura de la axila.

Un adelanto de "Los caprichos"

El noble no puso peros y quedó satisfecho con la obra que encargó los otros tres retratos familiares, en los que Goya mostró su pericia técnica en detalles como el luminoso vestido de la condesa de Altamira,Vicente Isabel Ossorio de Moscoso.

También deslumbra la destreza de la composición del belllísimo retrato de uno de los hijos de la pareja, Manuel Osorio Manrique de Zuñiga, en el cuadro conocido como El niño rojo, la pieza más exquisita de la muestra: un grupo de animales —tres gatos y varios pájaros, entre ellos una urraca que sostiene en el pico la tarjeta de Goya— rodean al crío y adelantan el tratamiento perverso que el pintor dedicaría al reino animal en Los caprichos, mostrando el reino animal como un visión de las fuerzas oscuras que acechan a la inocencia.

Como complemento a los cuatro óleos, la muestra añade una quinta obra, el retrato de Juan María Osorio, el hijo mediano del conde, pintado por el discípulo de Goya, Agustín Esteve (1753-1830). Esta pieza ha sido cedido para la ocasión por el Museo de Cleveland.

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