Ucrania muestra sus dudas sobre el éxito del acuerdo de Ginebra para desarmar a los prorrusos

Cientos de personas se manifiestan a favor de la unidad del país en las calles de Donetsk, Ucrania.
Cientos de personas se manifiestan a favor de la unidad del país en las calles de Donetsk, Ucrania.
EFE
Cientos de personas se manifiestan a favor de la unidad del país en las calles de Donetsk, Ucrania.

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, afirmó este viernes que las autoridades de Kiev no albergan "excesivas expectativas" en relación con el documento firmado este jueves en Ginebra por Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para desactivar la crisis en el país. "No tenemos excesivas expectativas con motivo de esa declaración", dijo el jefe del Gobierno en la Rada Suprema, el Parlamento ucraniano.

Al mismo tiempo, destacó que Rusia estampara su firma al pie de la exigencia de desarmar a los grupos que actúan en el este del país y desalojar los edificios públicos que han ocupado. "Rusia se vio obligada a firmar la declaración y a condenar el extremismo... Al firmar la declaración Rusia ha exigido a los 'manifestantes pacíficos', pertrechados con fusiles Kálashnikov y misiles antiaéreos portátiles, que se desarmen y entreguen las armas", dijo Yatseniuk.

El jefe del Gobierno ucraniano subrayó que ninguno de los participantes en la reunión de Ginebra, salvo Rusia, claro está, reconoció la anexión de Crimea por Moscú. "Ucrania, junto con la comunidad internacional, paso a paso va a recuperar Crimea, en el sentido político y diplomático", agregó.

Los jefes de la diplomacia de Ucrania, Andriy Deschitsa, de la UE, Catherine Ashton, de Rusia, Serguéi Lavrov, y de Estados Unidos, John Kerry, se reunieron en Ginebra durante siete horas en un intento por evitar que los desórdenes en el este de Ucrania se conviertan en un conflicto abierto.

Como resultado de la reunión fue firmada una declaración conjunta que incluye varias medidas para aliviar las tensiones en las regiones de este de Ucrania, de mayoría rusohablantes. Al desarme de milicias irregulares prorrusas y el desalojo de los edificios públicos que éstas ocupan se suma el compromiso del Gobierno de aprobar una amnistía para los participantes en las protestas en las regiones rusohablantes y emprender una reforma constitucional para garantizar sus derechos y descentralizar el Estado.

Por otro lado, Kiev ha restringido la entrada al territorio ucraniano a ciudadanos rusos supuestamente para evitar la infiltración de militantes en el este de Ucrania, donde los prorrusos se han sublevado contra el Gobierno de Kiev.

Un 'diálogo de sordos'

Los rebeldes prorrusos de la región de Donetsk han puesto sus propias condiciones a Kiev para deponer las armas y desalojar los edificios oficiales en cumplimiento del acuerdo.

"Exigimos al Gobierno ucraniano que desarme primero a los grupos ilegales que actuaron en el Maidán, como el Sector de Derechas, y esa Guardia Nacional que han creado. Luego depondremos las armas y desalojaremos los edificios", dijo Kirill Rudenko, portavoz de la autoproclamada "república popular de Donetsk".

Los sublevados, que en las últimas dos semanas se han hecho con armas, comisarías y sedes administrativas por toda la geografía de esta región, también demandan el desmantelamiento de la ciudadela que se levanta desde hace cinco meses en el centro de Kiev, corazón de la protesta popular que derrocó al presidente Víktor Yanukóvich.

Tan solo unas horas después de que llegara el esperado acuerdo, las partes enfrentadas parecen haber empezado un diálogo de sordos que aleja de nuevo la solución al conflicto que ha puesto a Ucrania al borde de la fractura. "Primero que hagan la reforma constitucional que han prometido en Ginebra (para descentralizar el país) y ya luego dejaremos los edificios ocupados", añadió Rudenko.

Detención de un militante

Además, el llamado gobierno insurgente de Donetsk denunció el secuestro de uno de sus militantes, Leonid Baránov, al que las fuerzas de seguridad ucranianas habrían detenido y llevado a Kiev para presentar contra él una acusación formal.

"Con este secuestro, Kiev ya ha incumplido uno de los puntos del acuerdo", se quejó Rudenko en alusión a la amnistía prometida por el Gobierno ucraniano a todos los milicianos armados y activistas que ocupan las sedes oficiales en caso de que no hayan cometido crímenes.

A lo largo de todo el día, distintos líderes y portavoces de los rebeldes han esgrimido numerosas condiciones para abandonar la lucha, desde la celebración de un referéndum de autodeterminación hasta la dimisión de las nuevas autoridades ucranianas, a las que no reconocen legitimidad.

Mientras, la ciudad de Slaviansk sigue bajo el absoluto control de paramilitares uniformados y armados con fusiles Kaláshnikov, identificados por Kiev como invasores rusos y llamados despectivamente como "hombrecillos verdes" por el color de su vestimenta.

"Enseña tu cara, porque no sé quién eres. Yo soy de aquí y tú no", increpaba un hombre a uno de los milicianos apostados frente al Ayuntamiento de esta localidad convertida en bastión de la protesta prorrusa.

A su lado, un centenar de vecinos, sobre todo jubilados, se habían reunido para exigir a los milicianos que liberen a su alcaldesa, Nélia Shtepa, después de que corriera por la ciudad el rumor de que había sido secuestrada, sin que nadie lo haya confirmado hasta este momento.

"Shtepa es una traidora. Cuando estos hombres tomaron la comisaría de Slaviansk, salió a la calle y dijo que estaba con ellos. Pero poco después fue a Donetsk para decir que la ciudad había sido tomada por delincuentes e invasores", aseguró Iván, un veterano de la guerra de Afganistán que ahora trabaja como taxista.

"Ha dejado de funcionar la televisión"

El improvisado mitin en la plaza central de la ciudad se convirtió en un escaparate de algunas quejas de los ciudadanos desde que la localidad pasara bajo el control de los milicianos.

"Esta mañana ha dejado de funcionar la televisión. Ayer cortaron todos los canales ucranianos y hoy también los rusos", lamentó Elena, una ama de casa que se acercó a la plaza Lenin cuando escuchó que la alcaldesa había sido detenida, algo que negó un miliciano que se quitó la máscara para hablar con la gente.

Un hombre de mediana edad salió enseguida en defensa de los milicianos: "Buscad aunque sea una sola ventana rota, un solo quiosco volcado. Cuando los blindados estuvieron aquí al lado del edificio del Ayuntamiento, los niños siguieron jugando en los parques infantiles que tenemos aquí".

Tanto Slaviansk como la vecina Kramatorsk continúan en el centro de la operación antiterrorista declarada por Kiev, aunque el Servicio de Seguridad de Ucrania aseguró hoy que su fase activa ha sido temporalmente suspendida hasta el final de la Semana Santa que celebra estos días el país.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento