Valdecilla atendió en 2013 a cerca de 200 pacientes con problemas de voz

El Servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla se suma a la celebración del Día Mundial de la Voz
Día Mundial de la Voz
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Día Mundial de la Voz

El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla atendió en 2013 a cerca de 200 pacientes con problemas de voz, siendo el período entre 25 y 45 años la edad de mayor prevalencia.

El Servicio de Otorrinolaringología ha sumado a la celebración del Día Mundial de la Voz que ha tenido lugar hoy, dirigido a concienciar y sensibilizar a la población sobre la importancia de la voz como principal medio de comunicación, cómo conservarla en buen estado, cómo cuidarla, cuándo se debe consultar al especialista y cómo se diagnostican y tratan las patologías.

Dentro de los actos se incluye una charla abierta a todo el público que tendrá lugar en el Colegio Oficial de Médicos de Cantabria el próximo 30 de abril para hablar sobre la voz.

Según han explicado los doctores Antonio Rubio y Aurelio González-Riancho, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla y médico adjunto, respectivamente, en los últimos años se ha experimentado un llamativo aumento de los recursos terapéuticos y diagnósticos en la patología de la voz y una mayor demanda de atención por parte de los pacientes.

De hecho, el Servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla atendió en 2013 a cerca de 200 pacientes por problemas de voz.

De acuerdo con los datos epidemiológicos, alrededor del 5% de la población sufre algún trastorno de la voz que requiere de atención por médico otorrinolaringólogo, siendo el período entre 25 y 45 años la edad de mayor prevalencia de los problemas vocales.

Por su parte, los profesionales de la voz (docentes, cantantes, locutores) son los que consultan más rápidamente, siendo los problemas vocales la segunda causa más frecuente de baja laboral entre los profesores de colegio, ya que un 22,5% presenta alteraciones de la voz.

En la mayoría de los casos en la etiología de la disfonía existe un mal uso y abuso vocal (esfuerzo vocal). En general, las disfonías se clasifican en funcionales y orgánicas. En las primeras no se existe una lesión anatómica evidente y en las segundas si. Un mal uso y abuso vocal puede desencadenar ambas patologías.

En cuanto a patologías, la benigna más frecuente de las cuerdas vocales son los nódulos, representando entre el 17-24% de los casos. Esta patología predomina en mujeres, entre la segunda y quinta década de la vida, mientras que en la infancia son más frecuentes en los niños.

A nivel quirúrgico, la patología benigna más frecuente de las cuerdas vocales son los pólipos vocales, que predominan entre los varones, generalmente entre la tercera y la quinta década de la vida.

Por sexos, las mujeres sufren más trastornos de la voz que los hombres, y la disfonía funcional es el trastorno más frecuente en ellas.

En lo que respecta a los niños, al igual que en los adultos, el trastorno vocal puede ser debido a una alteración anatómica de la laringe o bien a una disfunción entre los diferentes órganos y aparatos que intervienen en la fonación. Las estadísticas muestran que el 30-40% de la población infantil en edad escolar presenta disfonía. Al contrario que en el adulto, antes de la pubertad la disfonía es más frecuente en los niños que en las niñas. La patología más frecuente en ellos son los nódulos (50-80% de las disfonías).

Pruebas diagnósticas y quirúrgicas

Los doctores Rubio y González-Riancho han explicado que actualmente se conoce mejor la anatomía de las cuerdas vocales y la fisiopatología de la vibración de las mismas lo que permite hacer mejores diagnósticos e indicar mejor el tratamiento.

Los tratamientos, han añadido, especialmente los quirúrgicos, se realizan de forma que respetan más el mecanismo de producción vocal, con lo que hay resultados mejores y menos complicaciones.

Además, el avance de recursos y equipamiento ha implicado una mejora de las pruebas diagnósticas mediante excelentes imágenes de la vibración de las cuerdas vocales. Entre estas pruebas destaca la estroboscopia, que consiste en ver la vibración de las cuerdas vocales, como si se movieran a cámara lenta cuando en realidad vibran entre 100 y 200 veces por segundo.

Mediante los estroboscopios actuales, con más iluminación y con digitalización de la señal se consiguen unas imágenes excelentes que ayudan mucho al diagnóstico.

También se dispone de equipos de análisis vocal. Estos aparatos hacen posible grabar la voz de los pacientes con un micrófono de alta calidad y pasarla, previamente digitalizada, por un equipo de análisis vocal instalado en un potente ordenador. Esto permite medir las irregularidades de la vibración de las cuerdas vocales y la presencia de ruido (aire que se escapa entre las cuerdas). Estas mediciones pueden cuantificar el grado de lesión de la voz y valorar de forma objetiva y automática la mejoría o el empeoramiento de la voz.

Los avances también se han hecho extensibles al ámbito quirúrgico, sobre todo a través de la fonocirugía, que implica una actuación más conservadora y limitada sobre las cuerdas vocales con el fin de mejorar o modificar la emisión de la voz.

De hecho, se han diseñado instrumentos quirúrgicos que permiten a los otorrinolaringólogos acceder con más facilidad a las cuerdas vocales del paciente cuando se le opera con anestesia general. Igualmente se han diseñado microinstrumentos de gran precisión que les permiten ser muy delicados y minuciosos en la manipulación de los frágiles tejidos de las cuerdas vocales.

En materia de avances, los doctores Rubio y González-Riancho han citado también el habernos dado cuenta de la importancia que tiene el trabajar en equipos multidisciplinares dirigidos por el médico otorrinolaringólogo, que es a quien acuden los pacientes disfónicos, y constituidos por logopedas, profesores de canto e incluso psicólogos.

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