Largas colas durante toda la mañana y un goteo incesante de visitantes a lo largo de todo el día. El Monumento a las Víctimas del 11-M, que se encuentra en el vestíbulo de la estación de Atocha y abre a diario de 10.00 a 20.00 h, no dejó ayer indiferente a ninguno de sus visitantes, la mayoría de los cuales creen que la cúpula emociona mucho más por dentro que por fuera.

Ayer lo visitaron más de 10.000 personas.

En el exterior, la gran cúpula de vidrio está rodeada de grava negra. En su interior, los visitantes se sitúan debajo de la bóveda, donde se pueden leer las frases que los ciudadanos dejaron en Atocha tras los atentados.

José María Contreras, un jubilado de 76 años, es crítico con el monolito exterior, que no le dice "nada". "Creo que hubiera sido mejor haber hecho un parque, aunque por dentro me gusta más", explicó ayer.

Igual que a él, a Palmira Díaz y Elena González, dos amas de casa de 53 años, les gusta más "por dentro que por fuera". Alicia Bados, azafata del monumento, explicó que "la gente viene con mucha nostalgia".

Emocionados tras visitarlo

Rosa María Camuñas

Pinche de cocina, 51 años.

"El monumento me gusta mucho, sobre todo las frases; las que he leído

me han emocionado. Creo que es el mejor homenaje que se podía haber dado a las víctimas".

Pepe Sarabia

Médico, 62 años.

"Me he escapado en un intermedio del trabajo para venir a verlo. Me ha impresionado. Es una buena idea que haya frases en varios idiomas y me alegra que venga mucha gente a verlo".

Juanjo Presa

Estudiante, 23 años.

"Mi primo murió en los atentados y la verdad es que el monumento no me ha gustado nada, sólo me he emocionado cuando he visto su nombre. Es cutre, podía haber sido más espectacular".

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