El 20% de energías renovables en 2020: un largo camino por andar

  • La UE se comprometió esta mañana a que un 20% de la energía primaria en 2020 provenga de las renovables.
  • El porcentaje es una media para toda la Unión y ahora quedan duras negociaciones para asignar los porcentajes de cada país.
  • Zapatero ha mostrado su disposición a que el porcentaje español sea todavía mayor.
  • En 2005 se aprobó un nuevo Plan de Energías Renovables ya que el anterior no las había hecho crecer a la velocidad suficiente.
  • A finales de ese año, el porcentaje de las renovables dentro de todas las fuentes de energía primaria era sólo del 5,6%.
  • Para cumplir con el 20% España tiene por tanto mucho trabajo por hacer.
El punto más interesante del nuevo acuerdo sobre la energía acordado en Bruselas es el del crecimiento de las energías renovables, que deberán representar el 20 % de la energía primaria en 2020.

La cifra, tal y como han señalado personajes como Zapatero, o el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, es “ambiciosa” y ciertamente coloca a Europa en la vanguardia del planeta.

Sin embargo, todavía queda mucho camino por andar para que pueda llegarse a esa cifra mágica.

Un reparto difícil

El primer escollo es el del reparto de porcentajes, toda vez que el 20 % aprobado es un porcentaje medio para el total de la Unión, de forma que algunos países podrán tener un mayor porcentaje de renovables (como es el caso de España, según las palabras pronunciadas por Zapatero) y otros menos.

A este respecto, Barroso dijo hoy en Bruselas que “los objetivos nacionales deben reflejar las circunstancias nacionales”, en referencia a que algunos Estados comunitarios han desarrollado menos este sector o disponen de menos recursos naturales para lograr el objetivo marcado en 2020.

Barroso también avanzó que para el tercer trimestre del año la Comisión presentará las primeras propuestas sobre cómo se asignan los niveles de renovables entre los distintos países, algo que prometió que se hará "con toda justicia".

La batalla, sin embargo, se prevé dura, por la cantidad de intereses que hay en juego en un mercado tan jugoso como el de la energía.

El aperitivo ha sido las discrepancias habidas sobre qué hacer con la energía nuclear.

Mientras para algunos está claro que de renovables no tiene nada, para otros, como Francia, significa un paso ineludible para rebajar el objetivo de reducción de emisiones.

¿Qué pasa con España?

Pese a las optimistas palabras de Zapatero, lo cierto es que a España le queda todavía mucho camino para cumplir con el objetivo del 20 %.

Bajo el epígrafe de renovables, la Secretaría General de Energía, dependiente del Ministerio de Industria, entiende dos tipos de energía:

1)Las de generación eléctrica, tales como la eólica, la hidroeléctrica o la solar fotovoltaica.

2)Las de aprovechamiento térmico, entre las que están la solar térmica de baja temperatura, la biomasa, el biogás, los biocarburantes (bioetanol y biodiésel) y la valorización energética de residuos sólidos urbanos.

Todas las iniciativas gubernamentales en este campo se rigen en función del Plan de Energías Renovables 2005-2010 , aprobado el 26 de agosto de 2005.

Con él se sustituía el Plan de Fomento de las Energías Renovables 2000-2010, cuyos resultados habían sido poco halagüeños.

La razón es que si bien en el período 1999-2004 el consumo global de energías renovables había crecido en España en 2.700.000 toneladas equivalentes de petróleo (tep), esta cantidad sólo representaba a finales de 2005 el 28,4 % del objetivo de crecimiento previsto.

A distinto ritmo

Las energías alternativas, además, como se admitía en el mismo plan, no caminaban todas con el mismo ritmo.

Sólo tres de ellas, la energía eólica, los biocarburantes y el biogas, habían mostrado un avance significativo (para algunos también insuficiente, como es el caso de la Asociación de Productores de Energías Renovables), mientras que la biomasa (ya fuera para la generación de electricidad o para usos térmicos) y las energías solares se desarrollaban a un ritmo aún más lento.

En el nuevo plan se estableció como objetivo general que el 12,1% del consumo de energía primaria en España en 2010 fuera abastecido por energías renovables y que en esa misma fecha los biocombustibles ya representaran un 5,83 % (en términos equivalentes de petróleo) de los combustibles para el transporte.

Un 5,9% en 2005

A finales de 2005, último para el que se disponen cifras definitivas, las energías renovables cubrieron en España el 5,9% del consumo total de energía primaria, muy por detrás del petróleo (49 %), el gas natural (19,9 %), la nuclear (10,2 %) y el carbón (14,2 %), menos incluso que el año anterior (6,4 %), debido a la baja hidraulicidad registrada en 2005.

El IDAE aseguró en su informe anual que en un año hidráulico normal, este porcentaje hubiera subido al 7,2 %, lo que aun así nos deja todavía lejos del porcentaje previsto para 2010 y del ahora aprobado en Europa para 2020.

Habrá que ver, por lo tanto, que medidas gubernamentales se articulan para fomentar el uso de las energías renovables, y si estas pueden llegar rentables sin estas ayudas y dejar a todos más o menos contentos, como sucede actualmente con los biocarburantes, en los que se enfrentan los intereses de agricultores, productores, fabricantes de vehículos y petroleras.

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