El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha declarado este jueves por videoconferencia en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por el asedio al Parlament ocurrido el 15 de junio de 2011. Mas ha calificado la protesta de "excepcional" ha relatado que intentó acceder al parque de la Ciutadella en su coche oficial y tuvo que dar media vuelta porque los manifestantes bloquearon todos los accesos y algunos empezaron a golpear el vehículo e, incluso, intentaron abrir su puerta en dos ocasiones.

"Las protestas en el Parlament son habituales. Estoy muy acostumbrado a que haya bronca, insultos, amenazas, algún bloqueo a alguna instalación a la que asisto por mi responsabilidad, pero una operación como la que se hizo en el Parlament, inhabilitado que se ejercieran sus funciones, no lo había visto nunca", ha explicado a preguntas de la fiscal el presidente catalán, quien no se fijó en si el coche sufrió daños a causa de las patadas y los golpes aunque posteriormente preguntó por la cuestión y le dijeron que sí los tenía.

"En otras ocasiones, siempre había podido acceder, por una entrada o por otra con medios convencionales", ha destacado Mas, quien ha subrayado las "medidas de coacción y de violencia" que ejercieron algunos de los manifestantes. Al ver que no podía avanzar, la cápsula presidencial —que incluye el coche presidencial y los vehículos que le acompañan, como motos de los Mossos d'Esquadra— dio media vuelta y se dirigió a la comisaría de la calle Bolivia, en donde se refugiaron varios diputados y la mayoría de los presidentes de los grupos parlamentarios.

Mas, "preocupado por la imagen que se daba de las instituciones catalanas", preguntó si era posible acceder al Parlament "sin que hubiera daños y lesiones a nadie" y si en primer lugar podían hacerlo la presidenta de la Cámara catalana, Núria de Gispert —cuya declaración ha sido pospuesta hasta el día 25 por motivos médicos—, y  él mismo para cumplir con sus obligaciones. "En mi caso eran muy altas, debía responder a las preguntas de la sesión de control y se celebraba la sesión para aprobar el presupuesto de 2011 y la ley de acompañamiento", ha afirmado Mas, que ya había usado el helicóptero en otras ocasiones.

La sesión estaba convocada a las 10 de la mañana y Mas suele llegar "un rato antes" aunque en esa ocasión llegó unos después. Además, ante la ausencia de parte de los diputados, se alteró el orden del día. "De mutuo acuerdo se puede alterar y se altera de forma habitual el orden del día pero no por el hecho de que los diputados no puedan asistir", ha indicado al ser preguntada por una de las letradas. "También se cambian los itinerarios por motivos de seguridad aunque no haya protestas", ha admitido.

Algunos abogados le han preguntado por el dispositivo policial, criticado el miércoles por un exdiputado y un exconsejero de ICV, pero el magistrado Fernando Grande-Marlaska, ha considerado algunas de las preguntas impertinentes y Mas ha recordado que el responsable era el entonces consejero de Interior, Felip Puig. Uno de estos letrados ha sido el de Manos Limpias, quien también ha preguntado a Mas si la Generalitat es una alta institución del Estado, motivo por el cual el asedio es juzgado en la Audiencia Nacional. El presidente del tribunal le ha recordado que se trata de una cuestión jurídica por lo que Mas no debía responder.

Al término del interrogatorio, Grande-Marlaska ha agradecido a Mas que no hubiera ejercido su derecho a declarar en catalán tras los problemas de traducción de la sesión del miércoles, a lo que el presidente catalán ha respondido con sorna: "Celebro que no haya habido problemas de traducción". También ha declarado en castellano el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, quien ha testificado por videoconferencia desde su despacho.

Vila ha recordado los "insultos" y los "escupitajos" que recibió y ha asegurado que "todos los diputados sintieron miedo" porque si bien las manifestaciones son habituales, nunca se había impedido el acceso de los parlamentarios. "No había pasado nunca y espero que no pase nunca más", ha dicho el consejero, que logró entrar en la Ciutadella a pie escoltado por agentes antidisturbios.