Las 15 familias de dos edificios de viviendas ubicados en Miribilla le han ganado la batalla al ruido del tráfico. La Diputación vizcaína les deberá indemnizar con un total de 834.354,75 euros por las molestias que les origina el ruido proveniente de la autovía de acceso a Bilbao por Miraflores –la variante este– y que han sufrido durante más de diez años.

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha dado la razón a las comunidades de vecinos de Monte Eretza 20 y Camino de los Mimbres 35, cuyos edificios ya estaban levantados cuando en 1992 se inició la construcción de este tramo del acceso por Miraflores.

La sentencia de la Sala de lo Contencioso culpa a la Diputación de no haber puesto las medidas correctoras necesarias para minimizar el impacto del ruido del tráfico, que habían sido fijadas tanto en el estudio de impacto ambiental del Gobierno vasco como en el Plan Especial de la zona aprobado por la Diputación.

El tribunal, en este sentido, concluye que «la no adopción» de las medidas correctoras «ha impedido reducir el impacto sonoro». Los niveles de emisión, añade, sobrepasan «ampliamente» los límites de la ordenanza municipal, lo que afecta a los vecinos «de forma injustificada». Sobre la sentencia, cabe recurso de casación.

Ni pantallas, ni muro ecológico

El Tribunal vasco deja claro que en la variante este se debían haber instalado, desde que se puso en marcha en 1995, pantallas antirruido de hasta 7,5 metros de alto, así como un muro ecológico basado en una barrera de árboles, «necesarios para reducir los niveles de contaminación sonora». También, la Diputación debió hacer un «seguimiento» de las medidas correctoras.

Demanda judicial. 10 años de proceso

Los vecinos reclamaron a la Diputación un año después de ponerse en marcha la vía, en 1995. Al no recibir res- puesta, fueron a los tribuna- les en 1997. Tras diez años, a no ser que haya recurso, habrá terminado el proceso.

Las casas. A sólo 20 metros

Las viviendas afectadas se encuentran a tan sólo 20 metros de la carretera que originó la demanda judicial. El elevado tráfico de la zona, más de 40.000 vehículos diarios, impide a los vecinos llevar una vida de calidad.

Decibelios. Más de lo permitido

Las familias demandantes soportan mucho más ruido del permitido. La ordenanza municipal fija en 60 decibelios el máximo ruido a soportar de día. La medi-ción ha demostrado que en la zona hay 87 decibelios.