Si en cada hogar español hubiera un grifo goteando, se gastarían unos 450 millones de litros de agua al día, lo que equivaldría a llenar un estadio de fútbol en tan solo 18 días. El dato conviene tenerlo muy presente este sábado que se celebra el Día Mundial del Agua. Coste medioambiental y para nuestro bolsillo: la reparación de una tubería rota tiene un coste medio de 240 euros.
Parte del agua que llega a los hogares para consumo doméstico se pierde a través de fugas, roturas o averías. Para evitar estas pérdidas y favorecer el ahorro de agua, Reparalia ofrece una serie de consejos para detectar cualquier incidencia en la instalación.
Cómo detectar la fuga
Si se considera que la vivienda sufre alguna fuga, se cierran todos los grifos de casa y si el contador siguiera girando, se llama a un profesional para que detecte la avería. Para conocer donde se encuentra la fuga, cerrando la llave de paso principal, se podrá saber si se halla entre ésta y el contador o en otra zona de la vivienda.
Para detectar si existe alguna pérdida de agua, se revisa la factura y se comprueba si el consumo se ha incrementado de forma imprevista.
Alerta y previsión
- Una pequeña fuga en la cisterna puede gastar unos 2.000 litros de agua al año, pero a diferencia de un grifo que gotea, ésta resulta más difícil de detectar. Un tradicional truco para estas averías consiste en depositar algún tipo de colorante en la cisterna y si percibimos rastro del mismo en la taza, es señal de que existe una filtración.
- Es aconsejable una revisión periódica de las tuberías, el fregadero y otras instalaciones de fontanería para comprobar la existencia de fugas, al menos una vez al año. En el caso de electrodomésticos como los congeladores, lavavajillas, calentadores y lavadoras, estos tienen casquillos de caucho o arandelas que se debilitan con el tiempo. Habrá que comprobarlos y volver a colocarlos.
Ante una fuga
Si se detecta en casa alguna fuga, hay algunas medidas básicas que ayudan a controlar temporalmente las pérdidas de agua.
- Cerrar de forma inmediata la llave de paso y colocar un recipiente bajo el hilo de agua.
- Sellar la fuga. Si se tiene algún tipo de cinta aislante impermeable, rodea y sella con ella la zona donde se ha originado la avería.
- Recurrir a la manguera del jardín. Un trozo de manguera puede ser una buena alternativa. La pieza, que debe ser más larga que la sección dañada de la tubería, se corta longitudinalmente. Se enrolla alrededor de la zona afectada y se sujeta con una abrazadera.
- Revisar la presión del agua. Una presión elevada en la instalación puede ser causa de avería o ruido en las tuberías. Cuando se superan los tres bares, el agua sale con tanta fuerza que puede provocar fugas e, incluso, romper los grifos. Es aconsejable utilizar reductores de presión.
Pero en realidad la única forma de prevenir un daño mayor es reparar la avería o reemplazar la tubería dañada solicitando la ayuda de un profesional. No mantener adecuadamente las instalaciones de fontanería pasa factura.
El coste medio de una reparación de rotura de una tubería es de unos 240 euros y, si los daños se dieran en la canalización principal de la vivienda, la factura podría alcanzar hasta los 3.000 euros.
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