Juan Carlos Tuya (63 años), gijonés afincado en Madrid, lleva casi dos años con tres riñones dentro de su cuerpo. En marzo de 2012, debido a su diabetes, le trasplantaron uno. "Lo normal es que no te quiten el riñón que no funciona, así que el nuevo te lo ponen un poco más adelante", señala. Es habitual que los recién trasplantados reciban el alta médica después de unos 15 días de hospitalización, pero en su caso la situación se complicó: "Como el órgano me provocó rechazo estuve más de dos meses ingresado, y con problemas de cicatrización", cuenta.

Es el segundo trasplante que sufre, ya que dos años antes le habían puesto otro, si bien presentó un rechazo aún mayor y hubo de retirárselo. De su relato se desprende un gran agradecimiento para aquellas personas anónimas que en España deciden ser donantes, tanto de órganos como de sangre. "Todo el que pueda donar debería hacerlo. En mi caso, todo lo que puedan aprovechar de mí cuando me vaya, que lo aprovechen", sentencia.

En su caso, el trasplante de riñón no le salvó la vida, pero sí que le mejoró sustancialmente la calidad de la misma. "Antes me pasé dos años con diálisis peritoneal, que la hacía en mi propia casa. Tú mismo te metes un líquido en la tripa. La máquina pesaba 25 kilos, por lo que era una lata para hacer cualquier viaje, así que apenas podía hacer ninguna escapada", recuerda. Ahora, en cambio, no tiene más límites que seguir un régimen y tomar una medicación.

Al margen de los casos urgentes y más graves, el sistema de reparto de los órganos donados funciona por estricto orden de espera, tal como cuenta Juan Carlos. En su caso, cuando le avisaron de que había un donante, tuvo que presentarse en el Hospital 12 de Octubre, para que le hicieran las pruebas de compatibilidad. "Por cada donante hay dos riñones, pero en vez de llamar a dos personas convocan a tres. El que menos compatibilidad tenga, se queda fuera y a la espera de otro futuro órgano", explica, al tiempo que puntualiza que normalmente los riñones también se clasifican por franjas de edad.

"En mi caso, aunque no conozco la persona que me donó su riñón, sí me dijeron que era un varón de 52 años que murió en un accidente de tráfico", indica. Aún ahora, dos años después de la operación, Juan Carlos tiene muy presente a ese donante anónimo, que hizo posible ese vuelco en su vida: "Les tienes muy presentes, tanto a él como a su familia", admite.

España ha vuelto a batir recientemente —el pasado 20 de febrero— su propio récord en trasplantes de órganos ya que en un sólo día se han conseguido realizar 45, procedentes de dieciséis donantes, dos de ellos vivos. Se trata del mejor dato de actividad trasplantadora diaria que se ha logrado hasta ahora en el país. En 2013 España alcanzó una tasa de 35,12 donantes por millón de personas con un total de 1.655 donantes, que permitieron realizar 4.279 trasplantes.