La familia de verdugos que ajustició al rey Luis XVI

El 21 de enero de 1793, Luis XVI, rey de Francia, fue conducido a la plaza de la Revolución. El pueblo de París se agolpaba alrededor de un elevado cadalso en el que se había instalado una guillotina, instrumento oficial de ejecución que había sido aprobado apenas nueve meses antes. Alrededor de las 10.30 horas de ese frío día de enero, la cuchilla separó la cabeza del tronco de Luis XVI de Francia. Según el testimonio del verdugo que lo ajustició, Charles Henri Sanson, "el rey soportó todo con una compostura y una firmeza que nos asombró a todos nosotros".

Una pequeña tumba en Montmartre, modesta,  acoge los restos de uno de los protagonistas de ese histórico acontecimiento: Charles Henri Sanson (1739-1806), el verdugo. No está solo. En el reducido espacio lo acompañan los restos de su hijo, Henri Sanson (1767-1840), y su nieto, Henri Clement Sanson (1799-1889). Ambos, asimismo, verdugos.

En total, fueron seis las generaciones de la familia Sanson que ejercieron en Francia la función oficial de verdugo durante casi 200 años (entre 1688 y 1847). Charles Henri, el más conocido, fue el número cuatro. Hubo, por supuesto, otros verdugos activos en Francia durante este periodo, pero la familia Sanson ostentó en solitario los Derechos Reales y fueron los ejecutores oficiales en París. Muchos otros verdugos, incluidos más miembros de su familia, trabajaron en las demás provincias.

Casi 3.000 ejecuciones

Charles Henri Sanson llevó a cabo, personalmente o con alguno de sus seis asistentes, un total de 2.918 ejecuciones, incluida la de Luis XVI y las de Danton, Robespierre, Saint-Just, Hébert y Desmoulins,revolucionarios que terminaron en el cadalso. A pesar de no ser monárquico, Charles Henri fue reticente a ejecutar al rey, aunque acabara haciéndolo. La ejecución de la reina María Antonieta la realizó su hijo, Henri, que sucedió a su padre en 1795.

Charles Henri Sanson fue educado en un colegio de monjas en Rouen hasta que el padre de otro estudiante reconoció a su padre como el verdugo y tuvo que dejar la escuela. Desde entonces, se educó en privado. La enfermedad de su padre lo llevó a dejar sus estudios de Medicina y asumir la tarea de verdugo para asegurar la subsistencia de la familia. Como ejecutor, llegó a ser conocido como Monsieur de Paris (Caballero de París).

En 1757 Sanson había ayudado al verdugo de Reims, su tío Nicolas Charles Gabriel Sanson (1721-1795), en la ejecución de Robert François Damiens, condenado por intentar asesinar al rey. El horror de esa ejecución por desmembramiento (aún no se había inventado la guillotina), que duró más de cuatro horas y de la que dejó testimonio Giacomo Casanova, que asistió al tormento, llevó a su tío a renunciar.

Sus sucesores continuaron la saga

Ventiún años después, en 1778, Charles Henri, de 39 años, recibió oficialmente de manos de su padre la capa de color rojo sangre, el símbolo del verdugo principal. Ocupó este cargo durante otros 17 años más, hasta que su hijo Henri le sucedió en 1795. Henri era el hijo mayor, pero no el destinado a sucederlo. Lo hizo porque Gabriel, el hermano pequeño, había muerto unos años antes al caer, mientras ayudaba a su padre, desde la plataforma que sostenía el cadalso.

Charles Henri Sanson fue decisivo en la adopción de la guillotina como forma estándar de ejecución tras la Revolución Francesa. Después de que Joseph Ignace Guillotin apoyara públicamente la nueva máquina de ejecución, Sanson presentó un memorando a la Asamblea francesa, argumentando, con razones de especialista, a su favor. Incluso construyó, con un amigo alemán, el luthierTobias Schmidt, el prototipo de guillotina que fue probado por primera vez el 17 de abril de 1792, en el Hospital Bicêtre de París.

El propio Sanson condujo la inspección, en la que se decapitaron, primero, pacas de paja; luego, animales vivos; y, por último, cadáveres humanos. Una semana después, la Asamblea aprobó su uso y el mismo Sanson inauguró la era de la guillotina ejecutando a un ladrón, Nicolas Jacques Pelletier, en la plaza de Grève de París. Era el 25 de abril de 1792.

La saga de los Sanson continuó aún durante medio siglo con su hijo y su nieto.

El inventor de la 'louisette'

El inventor de la guillotina fue el médico Antoine Louis. Por eso se llamó primero 'louisette'.

Su apellido dio nombre a la guillotina, pero el médico francés Joseph Ignace Guillotin (1738-1814) no la inventó. El auténtico diseñador fue otro médico, Antoine Louis, por lo que durante un breve tiempo se la conoció como louisette. Guillotin abogó por su uso, al considerarla un método más humano de aplicación de la pena capital.

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