La irradiación de calor de una lámpara y no una chispa de la chimenea como se sospechó en un principio, pudo ser el origen del incendio de una casa rural en Tordómar (Burgos) en la madrugada del sábado pasado, en el que murieron seis miembros de una familia, tres de ellos niños.

Así se indica en las primeras diligencias instruidas sobre el suceso que la Guardia Civil ha presentado en el Juzgado de Instrucción de Lerma, según ha informado la Oficina de Comunicación de la propia Guardia Civil.

Las pruebas obtenidas permiten asegurar que el incendio se inició en la planta baja de una edificación de tres alturas y que el foco se encontraba en las inmediaciones de un sofá.

Las primeras valoraciones, obtenidas de las inspecciones oculares practicadas en la casa, descartan como hipótesis que el incendio se produjera con motivo de una chispa, ascua o rescoldo proyectado desde la chimenea.

Sin descartar otras posibles causas, se refuerza la hipótesis de que el incendio fuera producido como consecuencia de la irradiación directa de calor originada por una lámpara sin apagar, sobre el mobiliario con componente plástico ubicado en la estancia.

No obstante, continúa la investigación y la confección del pertinente informe pericial sobre las causas de motivaron el incendio, que será remitido al Juzgado a la mayor brevedad.

Los restos de los seis fallecidos, que han sido incinerados, se encuentran ya en Asturias, donde han sido trasladados, según una nota remitida por la familia.

Los otros seis ocupantes de la casa, también de la misma familia, fueron dados de alta entre la tarde del sábado y la mañana del domingo, los últimos dos adultos que además de la intoxicación por monóxido de carbono habían sufrido algunas quemaduras.