A sus 74 años, Paco Plaza aún recuerda cuando vendía "el Play Boy medio a escondidas a 150 pesetas". Lleva varias décadas al frente de su negocio de compraventa de libros en Chamberí. "Ésta es mi vida", sentencia con un suspiro. Ahora es su hijo Javier el que ha tomado el relevo. Ambos reconocen que ha habido "épocas fluctuantes" y que sólo sirve "para vivir al día".

También en Chamberí, aunque un poco más lejos de la tienda de Paco, en la plaza de Olavide, sorprende ver a Catalina Blanco.

Ésta anciana, a sus 86 años, no duda en subirse las empinadas escaleras en busca de "las cientos de alpargatas de todas los colores que sólo tenemos en Cantero". Éste es el nombre de su zapatería, abierta hace 106 años y nunca reformada.

Entre abanicos y cocidos

Cata, como la llaman sus amigos, heredó este negocio y ya no recuerda "los miles de pares que he vendido".

Otro clásico del comercio madrileño es la paragüería Casa de Diego. Fundada en 1823, actualmente la regentan la cuarta y quinta generación. La tienda, situada en la Puerta del Sol, la puso en marcha el tatarabuelo de Arturo. Aquí siguen fabricando "como antaño" abanicos y paraguas "desde los dos euros hasta los 6.000".

A pocos metros, Milagros Novo toma nota de una reserva en Lhardy. A sus 167 años, este restaurante "sigue haciendo el mejor cocido de Madrid, a fuego lento", dice con orgullo Milagros, su actual gerente.

Al igual que en el sigl oXIX, sigue siendo punto de encuentro de políticos. "Un establecimiento como éste se tiene por puro amor, es un museo viviente", relata con nostalgia.

A la sombra del centro comercial

Aunque los 88 centros comerciales de la región no han logrado echar el cierre de estos y otros tantos comercios tradicionales y de barrio, su amenaza es constante. Madrid es la región con más grandes superficies de toda España y la que tiene mayor libertad de horario del país (las tiendas pueden abrir 19 festivos al año).

También es la que tiene más metros cuadrados por habitante: 0,416 m2, más que en cualquier país europeo. Los líderes, Bélgica y Suecia, tienen unos 0,410 m2 por persona.