La empresa gallega Castrosúa, dedicada a la fabricación de carrocerías y autobuses, invertirá este año 1 millón de euros en modernizar y renovar sus equipos y para mejorar la productividad y su presidente, Juan Luis Castro Rodríguez, ha avanzado que prevé alcanzar una facturación de 40 millones de euros este año.

Castro Rodríguez ha explicado en un encuentro informativo los planes del grupo —en el que se integran las firmas Castrosua, Carsa, Insular y Cidsa— para los próximos años, tras relevar al frente de la compañía a su padre, José Castro Suárez, que ha pasado a ocupar el cargo de presidente de honor, desde el pasado diciembre.

El grupo Castrosua no ha sido "ajeno" a la crisis de los últimos años y 2013 ha sido un ejercicio "regular", pero "ha sido un año de tocar fondo" y las expectativas de Castro Rodríguez son alcanzar "una importante facturación" en 2014, cuando se construirán 300 unidades. Esos 40 millones de euros que prevé están ya "asegurados en un porcentaje muy importante actualmente", ha apuntado.

Desde 2008 la matriculación de autobuses acumula una caída del 60%, ha ilustrado y ha indicado que para el presente año se prevé un aumento de entre el 8 y el 10%. "Es el inicio del despegue", ha afirmado y se ha declarado optimista, aunque no prevé un incremento de plantilla, puesto que espera que la mejora de la eficiencia permita producir con los empleados actuales.

El presidente de Castrosúa ha explicado que la compañía cuenta con un plan estratégico con horizonte 2017, que se apoya en la internacionalización y en la apuesta por el I+D+i. La empresa, ha dicho, "seguirá siendo familiar" y mantendrá sus valores pero "tiene que competir en un mercado global".

La salida a otros mercados, ha destacado es "un proceso largo y complejo" y en el que la empresa lleva trabajando "un tiempo". De hecho, ha señalado como primer hito haber ganado un concurso de 25 millones de euros para fabricar para Lituania 10 autobuses híbridos y 83 carrocerías. La previsión es haber entregado todos los vehículos en septiembre de este año.

En este ámbito, el objetivo es lograr que el 30% de la facturación corresponda a mercados extranjeros y, en concreto, Castrosúa ha detectado oportunidades en Europa del Este y en Iberoamérica, en concreto en Colombia.

INNOVACIÓN

Respecto a la estrategia de investigación, desarrollo e innovación, Castro Rodríguez ha sostenido que la empresa tiene que "estar en la vanguardia" y apuesta por crear su "propio modelo de I+D+i" para desarrollar nuevas marcas, mejorar los productos y lanzar otros nuevos. Entre otras cuestiones, trabaja en sistemas de visión perimetral y en un puesto de conducción avanzada.

Castrosúa, ha reivindicado, fue la primera empresa en hacer un autobús híbrido en el mercado nacional y fue pionera también en los vehículos que usan combustibles distintos al petróleo y en los buses de plataforma baja.

Además, el grupo aplicará una política de alianzas para hacer frente a los retos de la economía globalizada. En este punto se ha referido al acuerdo con CAF Power & Automation, a través del que se ha creado la marca Vectia, para "ofrecer soluciones globales para un transporte urbano más sostenible".

También avanzará en la movilidad sostenible y el desarrollo de híbridos. En este sentido, Castro Rodríguez ha manifestado su convicción de que la movilidad urbana camina hacia los híbridos y, en el futuro, hacia los eléctricos.

Proceso de fabricación

En el encuentro informativo, la empresa ha destacado que ha logrado recientemente las certificaciones ISO 14001 e ISO 9001, que ponen de manifiesto la "clara apuesta por la profesionalización de la gestión" y el compromiso con el desarrollo sostenible. El director comercial de Área de

Dnv gl (entidad de certificación) ha resaltado que se trata de un equipo que "siempre ha querido hacer bien las cosas".

Castrosúa se encuentra actualmente en el proceso de fabricación de varios de los autobuses encargados por Lituania para nueve ciudades distintas. En sus instalaciones, en las que se pueden montar unos 400 vehículos al año —entre las de Santiago y las de Vilagarcía—, los automóviles recorren las diferentes fases, desde la chapa hasta la instalación de las lunas o los asientos, en un proceso que requiere 26 días laborables.

La fabricación no está robotizada debido a que cada encargo necesita un diseño específico —por ejemplo, en los autobuses para Lituania se refuerzan partes sensibles y la pintura para adaptarse a las bajas temperaturas—. El proceso, ha destacado Castro Rodríguez, se parece más al de un astillero que al de una cadena de montaje de coches.