Despreciada en su día y hoy adorada, muestran la carga erótica y sensual del 'art nouveau'

  • El estilo, que emergio a finales del XIX, fue consecuencia de la ruptura con la pacatería moral del pasado y el renacer de la sensibilidad erótica y onírica.
  • El movimiento está también relacionado con el paso a primer plano de la mujer como heroína poderosa y subversiva. Sarah Bernhardt es el gran ejemplo.
  • La exposición 'Sentido y sensualidad' muestra una de las más completas colecciones de 'art nouveau', la del crítico e historiador Victor Arwas.
Estatuilla de bronce de Maurice Bouval (1863-1916)
Estatuilla de bronce de Maurice Bouval (1863-1916)
Arwas Archives - Photo: Pete Huggins
Estatuilla de bronce de Maurice Bouval (1863-1916)

Menospreciado en su día como banal e incluso grosero, el art nouveau —del francés arte nuevo, aunque en otros países recibió nombres diferentes: modernismo en los países anglosajones, secesionismo en Austria, floreale en Italia—, ha crecido en consideración con el paso de tiempo y, más de un siglo después de su florecimiento simultáneo en varias zonas europeas, tiene la categoría que merece como estilo de ruptura que englobó a todas las disciplinas artísticas, desde la literatura a la plástica o el textil. Desarrollado entre 1890 y la I Guerra Mundial, el art nouveau fue el movimiento que cerró una época de moral pacata y abrió las puertas a la sensualidad y el erotismo.

Sense and Sensuality: Art Nouveau 1890-1914 (Sentido y sensualidad: Art Nouveau 1890-1914), una exposición que acaba de inagurar el Sainsbury Center for Visual Arts de Norwich (Reino Unido), incide precisamante en el clima de apertura moral de la que emregió el movimiento, relacionado también con el paso a primer plano de la mujer como heroína poderosa y subversiva. La muestra, que se nutre de una de las mejores colecciones priovadas de art nouveau europeas, la del crítico, historiador y marchante Victor Arwas, descendiente de judíos serfadíes españoles y fallecido en 2010 a los 72 años, permanecerá abierta hasta el 14 de diciembre.

Del campo a la ciudad

El fin de siècle (en francés, fin de siglo) suele considerarse como un periódo de transición radical entre el término de un mundo basado en la vida rural y el comienzo de otro en el que millones de personas emigraron a las ciudades europeas que experimentaban un rápido crecimiento de población e industrialización. Fue una época de contradicciones, ansiedad y duda en la cual los valores del pasado se enfrentaron con las nuevas ideas sobre el futuro. En este ambiente nació el art nouveau y, desde aproximadamente 1895, París fue su capital, una ciudad sometida entonces a un intenso torbellino emocional, en el cual las formas artísticas nuevas se mezclaron con la liberación sexual y la recién creada ciencia de la psicología.

Las nuevas generaciones de artistas y diseñadores comenzaron a explorar la condición humana a través de la creación de un mundo místico y de ensueño, inspirado en la poesía y el arte simbolistas de la década de 1860. Los escritores Charles Baudelaire ("todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos", escribió) y Stephan Mallarmé, interesados en la creación de mundos donde la lógica, la racionalidad y los valores debían desvanecerse para ser sustiuidos por el sentimiento y las sensaciones. Los pintores simbolistas Odilon Redon y Paul Gauguin invitaban a seguir un camino parecido en el arte.

Vibrante energía

Los grandes creadores del art nouveau tomaron esa senda y crearon obras místicas, eróticas y oníricas. En la exposición de Norwich, donde abundan la escultura, las piezas de mobiliario y artes aplicadas y la obra gráfica, están representados casi todos los jóvenes que abrazaron la nueva sensibilidad y la vibrante energía que llegaban con el siglo XX: entre otros Emile Gallé, Eugène Grasset, Alphonse Mucha, René Lalique, Rupert Carabin, Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Berthon...

Los organizadores de la muestra afirman que el art nouveau "es sensual y puede ser erótico", como queda claro en en que los cuerpos de hombres y mujeres "se entremezclan de una manera poderosa, pero a menudo inquietante con las formas de la flora y la fauna". En la arquitectura, el diseño de muebles y las obras de vidrio, joyería y cerámica "las líneas curvas y los volúmenes redondos parecen estar basados en las plantas y los paisajes", pero son a menudo "representaciones de las extremidades, los senos, las nalgas y los falos".

"Ojos provocativamente cerrados"

Este asalto de la sexualidad se advierte más claramente en la representión de la mujer, que "con o sin su ropa" ya no tiene el "carácter tranquilo, tímido o humilde" de las figuras femeninas victorianas. La mujer del art nouveau "tenía confianza, con el pelo que fluye una sonrisa coqueta, subversiva, y ojos provocativamente cerrados", aunque a veces "mostraba el aspecto más oscuro y más cruel de su personalidad". Fue con el nuevo estilo con el que las mujeres poderosas pasaron a primer plano y no es casualidad que la actriz Sarah Bernhardt sea el arquetipo femenino del movimiento.

La esencia sensual del estilo hizo que las críticas arreciasen. Como poco fue considerado como "una moda pasajera", pero también acusado de ser "superficial, decadente, promiscuo e incluso depravado". Pero el estilo siempre tuvo defensores y exeprimentó un renacimiento intenso a partir de los años sesenta del siglo XX, cuando artistas y diseñadores gráficos mostraron interés en las formas orgánicas y la sensualidad del  art nouveau, que "se convirtió en el estilo elegido para escenografías teatrales y diseños de cubiertas de discos de rock y pop progresivo".

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