El concejal del grupo municipal de Izquierda Unida (IU) en el Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Muñoz, ha propuesto edificar en cuatro fases las nuevas 1.200 viviendas del barrio rural de Montañana, que comenzaría con 424 iniciales en una zona ya urbanizada y con acceso directo a la principal vía, la avenida de Montañana.

De estas primeras viviendas, 52 serían vivienda protegida (VPO) y además en esta zona se habilitarían 20.000 metros cuadrados para equipamientos deportivos y sociales para esta barrio rural de Zaragoza y ha calculado que podrían estar construidas en cinco años.

Una vez que las viviendas de esta fase primera estuvieran al 80 por ciento de su construcción se podría acometer la segunda fase, de 410 viviendas, de las que 128 sería VPO y al igual que en la fase primera se exigiría un aval al promotor del 20 por ciento, en lugar del 6 por ciento actual porque "así tendrá más dinero depositado y en caso de que se desestime la construcción el coste sería mayor", ha explicado Muñoz.

En rueda de prensa, ha detallado que la tercera fase constaría de 191 viviendas al igual que la cuarta y última fase, ambas ubicadas en otra zona que no interfiere en las fases anteriores. También se requeriría un 20 por ciento de aval, pero el periodo de desarrollo ha preferido no determinarlo porque se ajustaría a las necesidades del barrio.

Rentable socialmente

Esta es la enmienda de sustitución que Muñoz ha anunciado que defenderá a un dictamen para la construcción de 1.200 viviendas en Montañana, que se debatirá en el Pleno de este viernes, que ha pactado previamente con los vecinos del barrio, pero no con los grupos del PSOE y CHA, ha reconocido.

Muñoz ha subrayado que la finalidad última en desarrollar la ciudad consolidada y que el Ayuntamiento "retome el control de los desarrollos urbanísticos porque si se le deja a los promotores marcan su ritmo que luego la ciudad paga".

En cuanto a los costes que pueda suponer para las arcas municipales por la prestación de servicios como limpieza o recogida de basuras, Muñoz ha querido dejar claro que los barrios "no son nichos de negocio, ni para sacar plusvalías" y se ha decantado por "valorar el coste, pero no tiene que ser determinante el ganar dinero, sino atender las necesidades de los vecinos" y ha aseverado que este proyecto "es rentable socialmente".