Agentes de la Guardia Civil interceptaron en el puerto de Málaga un camión frigorífico cargado con sardinas y pulpo, encontrando que el pulpo tenía un olor y color que denotaba que estaba en mal estado por lo que los agentes iniciaron el protocolo de actuación para verificar que dicho alimento no era apto para el consumo. En total se intervinieron 90 kilos.

Los hechos tuvieron lugar de madrugada en la zona de pescadería cuando varias personas introducían en un vehículo isotermo 105 cajas de sardinas, que acababan de comprar en la lonja estando etiquetadas con la fecha de ese día, según han informado desde el instituto armado, a través de un comunicado.

Dentro del mismo vehículo se encontraban 18 cajas de pulpo que, según observaron los agentes, "desprendía un olor nauseabundo y presentaban un color rosáceo", por lo que advirtieron al transportista de que dicho género estaba en mal estado y que no podía ser introducido con las sardinas, aptas para el consumo, por posible contaminación.

Por tanto, se procedió a comprobar el etiquetado del pulpo, que marcaba una fecha cinco días anterior, por lo que los agentes decidieron depositar la mercancía en la lonja para que el veterinario certificara si se encontraba apto para el consumo, según han manifestado.

De hecho, el veterinario levantó acta certificando el mal estado del pulpo siendo no apto para el consumo y procediéndose a la destrucción del mismo ante miembros de la Guardia Civil. Al transportista se le aplica una infracción administrativa en materia de sanidad y medio ambiente, han precisado.