Todo ello fue confirmado por el propio Coello, quien insistió en que «por mucho tiempo no se penará» a los que excedan la velocidad, ya que, «los radares no son una mera medida recaudatoria».
Por ello, el Gobierno local pretende hacer lo que ha denominado «campaña de concienciación». Es decir, en lugar de poner multas a los amantes de la velocidad en el núcleo urbano, se les enviará «una carta informativa diciendo que han excedido la velocidad». La Dirección General de Tráfico no quiso pronunciarse sobre el tema.
El óxido y el certificado
En cuanto a esas «manchas de óxido» de las que habla Coello, el concejal lo considera normal, pues las condiciones meteorológicas en Vigo son distintas a las de otras ciudades. Para arreglarlo, la empresa que montó los dispositivos «pasará a limpiar las manchas y les dará una capa de imprimación aislante».
Los radares funcionan, pero el Centro Español de Metrología sigue sin expedir el certificado que hace oficial su cesión al Concello. Desde el Concello, excusan el retraso.
«A veces, estas cosas llevan unos procedimientos que tardan más de lo que nos gustaría a todos».
Los reincidentes, sin castigo
Dentro de esta campaña de concienciación que pretende llevar a cabo el Gobierno municipal, tampoco se contempla sancionar a aquellos conductores que, de forma reiterada, sobrepasen el límite de velocidad permitido en las zonas controladas por los radares. En opinión del concejal de Tráfico, Antonio Coello, la razón es muy sencilla: «Hay muchos conductores que por muchas multas que reciban, nunca las pagan». Sin embargo, estas medidas no estarán reñidas con el exhaustivo control sobre el tráfico en la ciudad que pretende mantener el Concello.
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