Según testigos presenciales, primero pegó al dueño del locutorio de la calle Manero Mollá. A continuación, reventó el cristal de un restaurante situado justo enfrente y, tras una tensa discusión con el propietario, huyó a la carrera por la calle San Francisco.

Nuevamente, tuvo sus más y sus menos dentro de otro restaurante y, cuando le echaron del local por su conducta agresiva, se armó con palos y piedras de una obra situada a pocos metros y regresó al establecimiento arrasando cuanto se encontraba a su paso. Rompió a golpes sillas, mesas y causó múltiples destrozos en el interior, además de dos cristales del restaurante.

Finalmente, forcejeó con dos agentes de proximidad de la Policía Nacional, que  lo redujeron y llevaron la Comisaría Centro en un coche celular, ante la mirada atónita de los presentes.

A patadas con los agentes, en Elche

La Policía Local de Elche se tuvo que emplear ayer a fondo para reducir a un hombre de 33 años que se había liado a golpes con otro. Sucedió alrededor de las cinco de la tarde, en un establecimiento de la calle Joaquín Cartagena Baile. Cuando llegaron los agentes, el detenido los insultó, tiró a un policía al suelo de un puñetazo en el abdomen y propinó una patada a otro. Ya en el hospital, los enfermeros se vieron obligados a atar al detenido por los pies para que parara de dar patadas y pudiera ser atendido de sus heridas.