Una anciana enferma de 85 años muere acuchillada por su marido

El hombre intentó suicidarse tras confesar el crimen a su hija. La pareja vivía en Cuatro Caminos. Él tenía problemas cardiacos y ella sufría alzheimer. Los vecinos dicen que lo hizo «por amor».
El cadáver de la mujer fue trasladado a las 13.00 h. para realizarle la autopsia (Moncho Fuentes)
El cadáver de la mujer fue trasladado a las 13.00 h. para realizarle la autopsia (Moncho Fuentes)
El cadáver de la mujer fue trasladado a las 13.00 h. para realizarle la autopsia (Moncho Fuentes)
Ángela Porras, una anciana de 85 años, murió ayer acuchillada presuntamente por su marido, Santiago Gaspar, de 75, en su piso de Cuatro Caminos. El hombre intentó después suicidarse cortándose el cuello.

El suceso tuvo lugar en torno a las 10.00 h., en el tercer piso del número 1 de la calle Doctor Moraga. Según la policía, Santiago acuchilló a Ángela, que padecía alzheimer y no podía valerse por sí misma, y después telefoneó a su única hija –Silvia– para contárselo.

Silvia avisó al 092 y los agentes acudieron al piso –acompañados por Policía Nacional, Cruz Roja y 061– y encontraron en un dormitorio a Santiago, junto al cadáver de la fallecida, sangrando por un corte en el cuello autoinflingido. El supuesto homicida fue evacuado al hospital Juan Canalejo, donde permanece ingresado en estado muy grave y custodiado por la policía.

Conmoción en el barrio

Por otra parte, el cuerpo de la víctima fue trasladado para su autopsia a las 13.00 h., tras dictar el juez el levantamiento del cadáver. Mientras, en la zona se congregaban curiosos y vecinos.

El homicidio causó gran conmoción en el barrio. «La mató por amor, no podía soportar verla mal», declaraba Marisa Otero, una vecina, que añadía que Ángela «llevaba un mes en cama» y que Santiago «había sido operado dos veces del corazón, estaba enfermo y desesperado al no poder cuidarla».

Otra vecina, Rosa Fernández rechazaba posibles malos tratos. «Se querían mucho, siempre estaban juntos». Una opinión unánime en la zona: «Él le llevaba flores todos los días», se decía en los corrillos de curiosos.

Me dijo: «Estoy mal, muy mal»

Marisa Otero, vecina de la pareja, explicaba así su último encuentro con Santiago Gaspar. «Fue anteayer, me lo crucé y lo saludé. Le pregunté  qué tal estaba y me respondió: ‘estoy mal, muy mal’. Porque le acababan de operar por segunda vez del corazón y la mujer estaba en cama. Le dije que cogiera a alguien para ayudarles y me contestó: ‘si fuera tan fácil’. Ha sido un disgusto, llevaban más de 20 años viviendo en el edificio y eran encantadores».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento