Desde este martes, los carriles laterales del Passeig de Gràcia están cortados al tráfico. Cuando finalicen las obras de remodelación y modernización del paseo, a finales de año, se habrán convertido en vías de servicio en plataforma única, con aceras más anchas y el paso restringido a vecinos, carga y descarga, emergencias y bicis.

Hasta el próximo 28 de febrero, se llevarán a cabo los trabajos previos, señalizando el tráfico y adaptando la zona. Después comenzará la «obra dura», con el cambio del alcantarillado y la mejora de la iluminación, que será LED e inteligente, conservando las farolas modernistas. Se instalarán dos nuevos tipos de luces para sustituir los nueve modelos actuales.

Las obras comienzan en el tramo comprendido entre la Diagonal y la calle Mallorca, que se espera que concluyan en mayo. A partir de abril, se seguirá con la intervención en la parte baja del paseo, hasta llegar a Pl. Catalunya.

Las obras implicarán la ampliación de las aceras y la uniformización del mobiliario y supondrán una inversión de 7,4 millones, según detalló ayer el regidor del Distrito, Gerard Ardanuy, quien destacó el beneficio que supondrá «no sólo para los comerciantes, sino  también para los vecinos».

El presidente de ICV, Ricard Gomà, cargó contra una «inversión injusta» y «desvinculada de las necesidades ciudadanas».