El claroscuro, la técnica que tiñó de color el grabado renacentista

  • La unión de varios bloques de madera en la misma xilografía en el siglo XVI permitió por fin añadir volúmenes y profundidad.
  • Ideado en Alemania en torno a 1507, el claroscuro se desarrolló en Italia, donde Ugo da Carpi agregó el color a la técnica e impulsó la popularidad del sistema.
  • Una exposición traza con 220 obras la evolución del procedimiento que permitió al grabado acercarse al nivel de la pintura.
Grabado del sienés Domenico Beccafumi (1486-1551) elaborado con la técnica del claroscuro
Grabado del sienés Domenico Beccafumi (1486-1551) elaborado con la técnica del claroscuro
Domenico Beccafumi - Albertina, Wien
Grabado del sienés Domenico Beccafumi (1486-1551) elaborado con la técnica del claroscuro

Al usar varios bloques de madera combinados para crear la misma imagen, el color de cada capa resultaba en una imagen como modelada por la luz y los tonos, sin rastro de pinceladas. El procedimiento del claroscuro enriquecía los grabados dándoles volumen y profundidad, justo lo que buscaban las mentes inquietas del arte renacentista.

Aunque ideado en torno a 1507 en Alemania por Lucas Cranach el Viejo, que realizó excepcionales grabados en blanco y negro, fue el italiano Ugo da Carpi (que se atribuía falsamente la invención) quien impulsó la popularidad del claroscuro añadiendo el color a la ecuación. Las obras que se lograban superponiendo manchas de color talladas en varias placas parecían mucho más cercanas a la elevada pintura que al grabado.

De especial belleza, muy infrecuentes y en algunos casos impresiones únicas, las piezas de In Farbe! Clair-obscur-Holzschnitte der Renaissance (¡A color! Xilografías en claroscuro del Renacimiento) —hasta el 16 de febrero en el museo Albertina de Viena— ilustran el esplendor de las xilografías renacentistas del siglo XVI creadas en la técnica del claroscuro.

La colección del artista contemporáneo Georg Baselitz

La exposición cuenta con 220 trabajos, aproximadamente la mitad pertenece a los fondos de la pinacoteca; la otra mitad forma parte de la colección personal del pintor alemán Georg Baselitz, del que también hay una muestra en curso en el museo. El artista contemporáneo estaba todavía en los comienzos de su carrera cuando a mediados de los años sesenta adquirió unos grabados manieristas con los que inició su hoy extensa colección.

Los ejemplos de Hans Burgkmair el viejo representan junto a los de Cranach los primeros de la técnica en la que una placa destinada al color negro se combina con otros tonos y tiñen levemente los grabados. Pronto se les unieron autores del círculo más cercano de Durero, entre ellos Hans Baldung Grien y Hans Wechtlin.

La muestra exhibe numerosos ejemplos de Ugo da Carpi y sucesores como Giuseppe Nicola Vicentino; las originales combinaciones de xilografías y aguafuerte del sienés Domenico Beccafumi y obras que trazan la influencia italiana en otros países como Holanda con el afamado grabador Hendrik Goltzius.

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