Una exposición reúne las obras maestras de 1.200 años de la tradición pictórica china

  • El museo Victoria y Alberto de Londres ha logrado que salgan por primera vez de China piezas de inmensa importacia de entre los años 700 y 1900.
  • Hay obras credas para tumbas, templos, palacios, hogares y jardines en una gran variedad de formatos, desde estandartes hasta abanicos.
  • La exposición ahonda en las complejas técnicas de la pintura sobre seda y muestra el gran nivel técnico de los artistas en la elaboración de pigmentos.
Dibujo de un mono atribuido a Mao Song y pintado en el segundo cuarto del siglo XII
Dibujo de un mono atribuido a Mao Song y pintado en el segundo cuarto del siglo XII
Tokyo National Museum, Japan, Image: TNM Image Archives
Dibujo de un mono atribuido a Mao Song y pintado en el segundo cuarto del siglo XII

Para poner en perspectiva la exposición Masterpieces of Chinese Painting 700 to 1900 (Obras maestras de la pintura china del 700 al 1900) basta señalar que el lapso de tiempo que abarca estaría limitado en la historia universal por la invasión musulmana de España y la formulación de la física cuántica. Condensar doce siglos de arte de una de las culturas más avanzadas en el desarrollo de la plástica es la pretensión de la muestra, la primera que ha logrado traer a Occidente obras que nunca antes habían salido de China.

Las siete decenas de piezas que se exhiben en la exposición, en cartel hasta el 19 de enero en el Museo Victoria & Albert de Londres, la pinacoteca mundial decana en artes aplicadas, van desde algunas que están incluidas entre las más antiguas del arte chino hasta obras de los albores del siglo XIX, cuando los artistas del país asiático, históricamente de alta impermeabilidad hacia el exterior, comenzaron a hacer suyas algunas de las técnicas y temas de los pintores occidentales.

Temas recurrentes

La exposición examina los temas recurrentes y la evolución de la estética característica de las pinturas chinas, marcadas por la interacción constante entre la tradición y la innovación. La muestra incluye pinturas creadas para una gran variedad de entornos —tumbas, templos, palacios, hogares, jardines privados...— en una igualmente variada cantidad de formatos, desde estandartes y manuscritos, hasta abanicos y pergaminos colgantes.

Masterpieces of Chinese Painting 700 to 1900 ahonda en las complejas técnicas de la pintura de tinta china sobre seda y la selección del retal, que debe ser tratado antes de empezar a pintar ya que la seda cruda no es absorbente y debe ser mojada con cola para conseguir el apresto necesario para que los pigmentos y el alumbre se fijen. La relación de pegamento y alumbre exige un equilibrio perfecto antes de que el artista, una vez seca la seda, empiece a trazar líneas que tienen más o menos peso según la presión del pincel.

Ligeros y sucesivos lavados de color

Debido a que la seda es sumamente delgada, el color y sus mezclas se conseguían mediante pigmentos que se aplicaban en la parte trasera de la tela. Sólo una vez que ésta estuviera seca e impregnada de los tonos deseados, el artista iniciaba la pintura en la parte delantera, utilizando cepillos planos para crear sucesivos y ligeros lavados de color hasta conseguir el tono deseado.

Finalmente se agregaban los detalles finos, como los rasgos faciales o los patrones del ropaje. El proceso era muy lento y algunas de las piezas que se exponen en Londres tardaron casi un año en ser culminadas. El control de los pintores sobre los pigmentos era de una finura sin parangón en la época. La exposición muestra un preciso manual del siglo XIV para la fabricación de pigmentos a partir de lapislázuli empleado desde el siglo X.

El rollo astronómico más antiguo

Organizada cronológica y temáticamente en seis períodos sucesivos, la muestra se abre con Objetos de devoción, que muestra obras pintadas entre los años 700 y 950, casi siempre para las liturgias budistas. La mayoría de las obras de esta época que han sobrevivido son banderolas religiosas o trajes de monásticos de de la zona Dunhuang. De esta época es también el rollo astronómico Cinco planetas y 28 constelaciones, el más antiguo que se conserva de este tipo de obras.

La sección Búsqueda de la Realidad (950-1250) analiza el creciente entusiasmo por el mundo natural y el auge de la pintura de paisaje. Bosquejos realistas de montañas, escenas de ríos, plantas y animales, pescadores y viajeros, el ciclo de las estaciones, los cambio del clima y las cualidades de la luz natural entran en juego en este periodo, con cautivadoras pinturas que con frecuencia tienden a una paleta de color casi monocromática. De esta época es la célebre pieza Los nueve dragones, pintado por Chen Rong  en 1244 y considerado como la más antigua y elegante representación de una las criaturas míticas chinas, que aparace en diferentes posiciones, expresando las fuerzas dinámicas de la naturaleza en el taoísmo.

Escapando de la represión con la vida contemplativa

Las innovaciones más llamativas en la siguiente sección, Abrazar la Soledad (1250-1400) proceden de pequeños grupos de monjes y eruditos que vivían casi como anacoretas dedicados a practicar la pintura, la caligrafía y la poesía. Estos artistas, que no dependen de los encargos de palacios y edificios oficiales, abundaron durante las oleadas represivas de la dinastía mongol Yuan, que empujaron a muchas personas educadas a una vida contemplativa. La pintura de este tiempo, como la mezcla de caligrafía y pintura minimalista de Wang Mian en Nieve fragante en el puente roto, con su alegoría de la pureza necesaria para hacer frente a la adversidad, dejó de representar la realidad y propuso un enfoque más estilística, a menudo cargados de simbolismo literario y filosófico.

Búsqueda de la Felicidad (1400-1600) se detiene en los siglos de paz, estabilidad y prosperidad de la dinastía Ming, que estimuló la aparición de nuevos centros descentralizados para el arte, como las ciudades de Hangzhou, Nanjing y Suzhou. Resume esta época Cuatro placeres: música, ajedrez, caligrafía y pintura,  atribuido a Ren Renfa.

El tramo final de la exposición Desafiando al pasado y mirando a Occidente (1600-1900) muestra una era marcada por la rivalidad artística y el apasionamiento. La obra maestra de la sección es Flores en el río, de Bada Sharen, una espectacular pintura en tinta china de 14 metros de longitud —es una de las más largas de la historia—  que el artista pintó cuando tenía 72 años y en la que jugó por primera vez entre los creadores chinos con la expresión pura de las formas, sin intenciones realistas.

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