Transporte: Apuesta por una red ferroviaria de grandes prestaciones, de forma que el 90% de la población tenga una estación a menos de 50 km. Se fomentará el transporte colectivo y en bicicleta. Además, apuesta por las ‘autopistas del mar’ como alternativa al transporte terrestre de mercancías.

Energías: Los biocarburantes supondrán un 10% del combustible que consume el transporte en 2020 y se potenciarán las energías renovables. Se pretende disuadir del consumo excesivo estableciendo diferentes tramos de tarifas eléctricas.

Agricultura: Plantea la reducción de abonos minerales y fitosanitarios y fertilizantes nitrogenados y el aumento de la superficie destinada a cultivos energéticos y producción ecológica.

Fiscalidad ‘verde’: Como el aumento del impuesto de circulación para los vehículos más contaminantes.

Arquitectura bioclimática

Aboga por una arquitectura bioclimática con soluciones que ayuden a reducir el consumo como elementos de iluminación de bajo consumo, mejorar la eficiencia energética de los edificios, establecer sistemas de programación de temperatura en centros comerciales y edificios públicos y elaborar una norma técnica de eficiencia en los equipos de aire acondicionado. También se pretenden sustituir las calderas domésticas de carbón hasta que desaparezcan en 2012.

No es algo repentino

Manuel Toharia, Director del Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia.

El problema del cambio climático no es algo repentino que haya surgido en los últimos años, sino una cuestión a muy largo plazo. Sí es cierto que hay muchas cosas que podemos empezar a hacer desde ahora, como dar solución a los datos que aseguran que el 20% de los seres humanos gastamos las tres cuartas partes de los recursos del planeta. Esta serie de medidas son estrategias correctas y necesarias, ya que España no ha hecho los deberes en cuanto a las emisiones de CO2 , que crecieron un 52% respecto a las de 1990, cuando el compromiso adquirido en el Protocolo de Kioto es que esas emisiones no superen el 15% en el año 2012. Son niveles difíciles de cumplir a estas alturas y que se debían haber tomado como anterioridad, pero no asustando a la población. Sobre todo cuando en el futuro no sólo dependerá de nuestras medidas, sino de las que tomen países como China, que también serán de los mayores emisores. No obstante, es muy difícil aproximar la situación del país en 100 años porque el margen de incertidumbre es grande en las predicciones.

En el interior subirán más las temperaturas

Durante este siglo. El Informe sobre escenarios climáticos para España, presentado ayer por Medio Ambiente ante el Consejo Nacional del Clima, augura para el interior peninsular las mayores subidas de temperaturas.

Basándose en tres modelos y escenarios (británico, alemán y canadiense), el estudio pronostica que las mayores subidas entre 2011 y 2040 tendrán lugar en el interior de España y Navarra, mientras que los menores aumentos se registrarán en la costa valenciana y el litoral cantábrico.

Para la etapa 2041 y 2070 el modelo alemán apunta subidas de hasta cinco grados en puntos del interior, entre ellos la Comunidad de Madrid, las dos Castillas y Extremadura.

En el último tercio (2071-2100), todos los modelos indican una subida de entre cuatro y siete grados. Los aumentos más importantes, aportados por el modelo británico con hasta siete grados más en los últimos 30 años de siglo, se centrarán de nuevo en las comunidades centrales. Unas temperaturas que los canadienses sitúan en torno a los seis grados.