El concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Jaén Antonio Guinea de Toro ha señalado este jueves que el alcalde, José Enrique Fernández de Moya (PP), "no está para pedir prisas" al Ejecutivo autonómico para que apruebe de forma definitiva el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad, ya que dicho documento "debería llevar seis meses resuelto y revisado por la Junta de Andalucía".

En esta línea, Guinea de Toro ha criticado en una nota que, después de tardar "cinco meses" en introducir en el PGOU una "modificación menor", el gobierno local remita este viernes dicha propuesta al Consejo de la Gerencia de Urbanismo "por vía de urgencia, aprisa y corriendo".

De esta manera, Guinea de Toro ha expresado su deseo de que Fernández de Moya "admita al Gobierno andaluz, que debe darle el visto bueno a su nueva redacción, la misma flexibilidad y relajación en los plazos que se han tomado para estos cambios de menor entidad". "Con estos antecedentes, no está para pedir prisas a la presidenta de la Junta, Susana Díaz", ha apostillado.

Según este edil del PSOE, el alcalde "ha perpetrado unilateralmente un diseño urbanístico de la ciudad para el futuro al más puro estilo de los castillos en el aire de sus compañeros de partido en Madrid con Eurovegas", y el nuevo PGOU no está "consensuado con quienes viven en la ciudad, está siendo arrastrado a duras penas por las distintas fases del proceso de aprobación municipal porque el diseño que hace del Jaén venidero es tan ficticio y poco realista como la forma que tiene de hacer política en el Ayuntamiento, sin tener en cuenta al ciudadano y haciendo las cuentas del Gran Capitán para encajar a la desesperada créditos y deudas".

Para Guinea de Toro, el PGOU diseñado por el gobierno local del PP está pensado para un Jaén "de antes de la burbuja urbanística", y "es de poca sensatez" proyectar una construcción "desorbitada" de nueva oferta inmobiliaria "en una ciudad donde las estadísticas hablan de 7.000 viviendas vacías".

El concejal del PSOE concluye además señalando que "el modelo urbanístico comercial del PP desequilibra la ciudad, desarrollando en el extrarradio una reserva desmedida y sin visos de materializarse de suelo para este fin sin valorar ni de pasada las compensaciones que en esta línea se deberían hacer con el centro urbano y el tejido de pymes del sector que tiene el mismo".