La agencia de calificación crediticia Fitch ha elevado la nota de solvencia de Cantabria de negativa a estable y ha confirmado las calificaciones de largo plazo en moneda local y extranjera en 'BBB', así como la de corto plazo en 'F2'.

La revisión refleja la expectativa de Fitch de que la balanza corriente de Cantabria mejorará y tendrá un saldo positivo en el año 2014, debido principalmente a la reducción de los gastos operativos, en particular de bienes y servicios y las transferencias corrientes a las entidades del sector público empresarial.

Asimismo, Fitch ha tenido en cuenta en sus calificaciones el aumento de la deuda directa en 2013 y 2014, en la que prevé una estabilización en 2015.

En su informe, recogido por Europa Press, Fitch considera que Cantabria podría conseguir un saldo corriente positivo en 2014 debido a las medidas adoptadas en 2012 y 2013 para reducir los gastos de funcionamiento, en particular, la introducción de medidas adicionales de gastos de personal y la reducción de las transferencias corrientes y de capital a sus elementos estructurales principales.

De hecho, Fitch considera "probable" que Cantabria pueda conseguir un margen operativo superior al cinco por ciento en 2015 si la asignación de los ingresos del Estado no cambia significativamente como consecuencia del nuevo modelo de financiación autonómica.

Por otro lado, la agencia de calificación crediticia señala que desde el comienzo de la crisis, la economía de Cantabria ha ido "mejor que el promedio nacional", de forma que el efecto de la crisis ha sido "más moderado" que en otras regiones españolas.

En este sentido, destaca que en 2012, el PIB per cápita en Cantabria fue del 98% del correspondiente al conjunto de España y la tasa media de desempleo en 2012 fue del 17,7%, frente al 25% a nivel nacional. De cara a 2014, Fitch espera un desarrollo más positivo del mercado laboral en Cantabria que en el resto de España.

La agencia señala que una rebaja en la calificación de España repercutiría en la de Cantabria, que también podría bajar si la comunidad autónoma presenta un saldo corriente negativo hasta 2015 o si la deuda crece por encima de las expectativas y sigue aumentando de manera significativa.