Los arenales y las zonas infantiles que presiden los jardines y los senderos "están en un estado de abandono total", señala la vecina Sara Salvá, mientras muestra hierbajos salvajes que floreren en el perímetro. "Aquí no se ve a nadie de Parcs i Jardins", coincidían en afirmar los vecinos consultados ayer por 20 minutos.

Goteras en el Tram

Como muestra de "las chapuzas y las obras precipitadas", como las define Fernando Soler, vecino de Bac de Roda, "son las goteras que hay en la estación de Sant Martí de Provençals" del tranvía, como consecuencia de la acumulación de agua de riego.

Una situación más cómica se encuentra en una de las flamantes farolas próximas a la estación del tranvía que, en teoría, soporta la videocámara de seguridad. "Lleva meses torcida" afirma Eduardo, un joven usuario, "y enfoca al suelo".

Baldosas en movimiento

"Con total impunidad" es como estacionan los vehículos, coches y motos, a criterio de Carmina Uría, vecina de la calle Cantabria. Prueba de ello son las baldosas de diseño exclusivo que "aún se mueven".

"No hay ni policía ni jardineros", se quejan los comerciantes. "Si no es por nosotros que barremos cada día, ni las aceras estarían en condiciones", afirma un joven camarero. "Sólo pasa una máquina de BCNeta", afirma.

Pendientes mal iluminadas

"No son escaleras, son gradas", discutían ayer dos vecinas de la calle Cantabria, Gloria y Rosa, refiriéndose a las gradas blancas con diseño de escalera, colocadas en perpendicular a los anchos paseos.

"Son sumamente resbaladizas", criticaba una, por lo que nadie las utiliza. "Claro, porque no son escaleras", razonaba otra. Ambas coincidieron en que la "iluminación es tan de diseño que ni se ve". Ir desde el aparcamiento paralelo a la Gran Via hasta el vial de servicio "puede ser una aventura".