Acusado de abusar de una niña en Linares declara que "sólo le tocó la espalda" y ella lo niega

El hombre, identificado como J.B.P.S., al que la Fiscalía acusa de un delito de abuso sexual cometido presuntamente al tocarle los pechos a una niña de once años en el 'Club 79' de la ciudad jiennense de Linares el 27 de mayo de 2012 ha negado este martes tal hecho y ha defendido que se limitó a "tocarle la espalda" para ver si sudaba como consecuencia del ejercicio que realizaba mientras jugaba con sus hijos, si bien la niña ha negado que eso fuera así y ha insistido en aseverar que el encartado le tocó su pecho.

El hombre, identificado como J.B.P.S., al que la Fiscalía acusa de un delito de abuso sexual cometido presuntamente al tocarle los pechos a una niña de once años en el 'Club 79' de la ciudad jiennense de Linares el 27 de mayo de 2012 ha negado este martes tal hecho y ha defendido que se limitó a "tocarle la espalda" para ver si sudaba como consecuencia del ejercicio que realizaba mientras jugaba con sus hijos, si bien la niña ha negado que eso fuera así y ha insistido en aseverar que el encartado le tocó su pecho.

De esta manera, ambos han aportado versiones contrarias respecto a lo sucedido en el transcurso del juicio que por este caso se ha celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén, y que ya ha quedado visto para sentencia.

Durante su declaración, el acusado ha reconocido que el día en el que supuestamente ocurrieron los hechos tanto su mujer como él se encontraban celebrando el santo de la presunta víctima en el 'Club 79' de Linares junto a sus dos hijos pequeños y a los padres de la menor, ya que la relación entre ambos matrimonios era "muy cordial", hasta el punto de que la esposa del imputado y la madre de la niña "eran amigas de toda la vida".

Según la versión del encartado, lo que ocurrió esa noche fue que él se acercó adonde la menor estaba jugando con su hijo pequeño, de tres años, y tanto a ella como a él "les tocó la espalda" y vio que "estaban sofocados y sudando", por lo que les pidió "que no jugaran más porque podían ponerse malos", de forma que "es totalmente falso" que en vez de eso, y como sostiene el Ministerio Público, le tocase el pecho a la niña "con ánimo libidinoso".

Sin embargo, posteriormente y ya de regreso a su casa, recibió una llamada telefónica del padre de la menor, quien le expuso que "quería hablar con él", tras lo cual se citaron en un punto de la ciudad, donde éste, "furioso", le relató que "había dejado a su hija con un ataque de ansiedad en su casa porque le había dicho que él le había tocado el pecho".

El acusado "se quedó blanco y sin palabras" porque, según ha subrayado, "siempre" ha tratado a esa niña "como si fuera su sobrina" y "jugaba con ella como con su hijo", tras lo cual "intentó explicarle lo que pasó" al padre de la pequeña, quien, no obstante, "le advirtió que no se acercase más a su familia, y que lo que decía su hija iba a misa".

El encartado también ha asegurado que al volver de esa cita se tomó una pastilla por miedo a que le pudiera dar un infarto, como el que, según ha apuntado, ya sufrió años atrás, y le contó lo sucedido a su mujer, quien "llamó al padre de la niña y al día siguiente acudió a preguntarle personalmente por lo que había pasado".

"no fue una caricia"

Frente a esta versión, la niña, que ha declarado por teleconferencia en el juicio, ha reafirmado en su testimonio que "el marido de la mejor amiga de su madre le tocó el pecho", algo de lo que asevera estar "cien por cien segura".

En ese sentido, ha subrayado que "fue un tocamiento, no una caricia, porque una caricia no se hace por debajo de la ropa y menos insistiendo", al tiempo que ha apostillado que esta acción le produjo "un asco tremendo" y la dejó "paralizada y sin saber qué pensar" por el "cariño" que le tenía, ya que, para ella, él era "como un familiar más".

De esta manera, la niña, que ha explicado que en el momento del "tocamiento" los hijos de este hombre "estaban delante pero no vieron nada porque habían ido a buscar a una pelota", ha confirmado que el acusado fue adonde estaban jugando y "les dijo que estaban sudando y que no jugaran más" tras "tocarles las espaldas", si bien "posteriormente le metió la mano por debajo de la camiseta y de ahí subió al pecho" en una acción que se prolongó "unos cinco segundos".

La menor también ha indicado que con anterioridad a este suceso el procesado "había tenido comportamientos impropios" con ella, que "notaba que le tocaba mucho el culo en la piscina", al tiempo que ha justificado el que tras volver a la mesa donde estaban sus padres en el citado club de Linares no contase nada "porque había mucha gente y prefería contárselo después a sus padres en casa para evitar un conflicto" entre ellos y el matrimonio del encartado.

Así, fue ya en su domicilio donde la chica relató su versión de lo sucedido primero a su madre y después a su padre, quienes "desde donde estaban sentados en el club no podían ver el sitio en el que estaba ella con los hijos del acusado" y donde supuestamente se produjo el "tocamiento", según ha añadido la niña, que ha afirmado que, tras escucharla, sus padres "le preguntaron varias veces si estaba segura de lo que estaba contando, porque el hecho era grave".

Solicitudes de penas

Al término del juicio, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, según ha confirmado a Europa Press el abogado que ejerce la acusación particular, Antonio Suárez, que solicita para el acusado una pena de cinco años de prisión por un delito de abuso sexual al apreciar además en su comportamiento la circunstancia agravante de abuso de confianza, además de cuatro años de alejamiento de la menor y el pago de una indemnización de 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Por su parte, la Fiscalía interesa para el procesado una pena de dos años y seis meses de prisión por el mismo delito de abuso sexual, así como que se le prohíba aproximarse a la menor —"especialmente a su domicilio"— y comunicarse con ella "a una distancia inferior a 500 metros" durante el plazo de cuatro años, y el abono de una indemnización de 2.000 euros. Por último, la defensa solicita la libre absolución de su cliente.

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