El Ministerio de Fomento ha abierto este miércoles al tráfico la nueva variante de Santa María de Ribarredonda (Burgos), en la carretera N-I, tras una inversión de 12,3 millones de euros.

La nueva infraestructura mejora de forma "sustancial" la calidad de vida de los vecinos de este municipio, al evitarse el intenso tráfico que circulaba diariamente por la antigua travesía de la N-I, con una media de 8.000 vehículos diarios, de los que casi 4.000 eran pesados, según han informado a través de un comunicado recogido por Europa Press fuentes ministeriales.

La variante es una carretera de nuevo trazado con una longitud de 4,2 kilómetros, que se sitúa entre los kilómetros 294 y 298 de la N-I, y discurre entre el sur de la localidad de Santa María de Ribarredonda atravesando además los términos municipales de Cubo de Bureba, Villanueva de Teba y Pancorbo.

Se trata de una carretera de calzada única de dos carriles de 3,5 metros, uno por cada sentido de la circulación, arcenes de 2,5 metros de anchura y bermas de 0,75 metros, así como un trazado que permite desarrollar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora.

A lo largo del trazado, se han construido cinco pasos superiores y un paso inferior que dan continuidad a las carreteras y caminos interceptados por la propia carretera, así como dos puentes sobre los ríos Silanes y Rosales y quince caños de hormigón para asegurar el drenaje de las vaguadas.

Entre las medidas de prevención desarrolladas durante la ejecución de las obras, se encuentra la revegetación de los taludes y terraplenes, así como otras superficies baldías, y la plantación de especies autóctonas y arbustos. Unas intervenciones en materia de integración ambiental que ha contado con un presupuesto cercano a los 500.000 euros.

Durante los próximos meses, continuarán las obras en el entorno de la circunvalación para completar el enlace de esta nueva variante con la carretera N-232, que servirá de conexión con Santander y de acceso al término municipal burgalés de Cubo de Bureba.