El Ayuntamiento de Madrid examina a los músicos callejeros sin un criterio claro de valoración

  • Seis evaluadores (músicos profesionales y funcionarios) examinan a unos 350 músicos esta semana para concederles el permiso para tocar en el centro.
  • Los artistas examinados llegan a la sala de audición sin conocer las bases de la prueba: "El Ayuntamiento ha improvisado. Espero que sean objetivos".
  • Los músicos tienen cinco minutos para "demostrar que saben tocar y que no emiten un ruido molesto para los vecinos", según fuentes municipales.
  • Por el Conde Duque han pasado grupos de música clásica, cantaores de flamenco, intérpretes de canción protesta y hasta mariachis. "El nivel es muy alto", dicen.
Jonathan Colombo y Carlos Gómez 'Míster Black', integrantes del dúo Black Colombo, en el centro cultural Conde Duque.
Jonathan Colombo y Carlos Gómez 'Míster Black', integrantes del dúo Black Colombo, en el centro cultural Conde Duque.
JORGE PARÍS
Jonathan Colombo y Carlos Gómez 'Míster Black', integrantes del dúo Black Colombo, en el centro cultural Conde Duque.

Ismael y Juan no están acostumbrados a enfrentarse a un tribunal examinador. Estos dos jóvenes se ganan la vida cantando y tocando la guitarra en salas y celebraciones, pero también dedican gran parte de su tiempo a actuar en plena calle. Sin embargo, este lunes se han puesto delante de un tribunal que tendrá que valorar si son aptos para tocar en el centro de Madrid. Ellos están entre los 350 aspirantes que participarán hasta el miércoles en el examen convocado por el Ayuntamiento de Madrid para conceder el permiso de actuación en la vía pública.

La prueba ha comenzado este lunes en el centro cultural Conde Duque. Hasta allí se han desplazado decenas de músicos, pertrechados con sus instrumentos para actuar delante de los examinadores (cuatro músicos profesionales y dos secretarios del Ayuntamiento). El examen se realiza en el interior del edificio a puerta cerrada, aunque muchos de los artistas aprovecharon el tiempo de espera en el patio para practicar: desde un extremo del patio se escuchaba el cante flamenco de 'El Centellita'; antes de su llegada, un conjunto de mariachis aparecía con sus trajes e instrumentos típicos mexicanos; decenas de artistas caminaban con sus guitarras al hombro, mientras otros llegaban con flautas, saxofones o incluso cuernos musicales.

La mayoría de ellos salían del examen contentos con su actuación, aunque con un mal sabor de boca por el funcionamiento de la prueba: "Esperábamos que nos dijeran el criterio que van a seguir para evaluarnos, pero no nos han dicho nada. Da la impresión de que están improvisando. Solo espero que a la hora de valorar sean objetivos", apunta Carlos Gómez, alias Míster Black, que forma el dúo Black Colombo con un compañero artístico. "He preguntado en repetidas ocasiones cuál es el criterio, pero ha sido imposible saberlo. Únicamente nos dicen que solo quieren conocer si tenemos unas aptitudes mínimas", añade Scott A. Singer, portavoz de la Asociación de Músicos de Madrid.

"Que la música no sea molesta para los vecinos"

Ni siquiera el Ayuntamiento tiene claras las aptitudes concretas que se van a evaluar. "El criterio para dar el permiso de actuación en la calle va a ser exclusivamente artístico y musical. Simplemente se les pide que lo hagan bien, que su música no sea molesta para los vecinos y que sean capaces de entretener", explican fuentes municipales, que no detallan los baremos a seguir. "No se trata de un concurso de excelencia musical ni de encontrar al próximo Mozart, sino comprobar que tienen unas mínimas cualidades artísticas", añaden.

Los aspirantes tienen cinco minutos para demostrar sus habilidades delante del tribunal. "Nosotros hemos interpretado dos canciones, una tipo Pablo Alborán y otra más rumbera. Nos han puesto buena cara, a ver si hay suerte", dice Juan, junto a su compañero Ismael. "Yo me la he jugado un poco y he optado por interpretar una canción de contenido político, un tema de Pau Alabajos sobre el accidente del metro de Valencia. También quiero probar un poco al jurado, para ver si son capaces de censurar una canción protesta", explica Yeray Calvo.

Todos ellos intentan quitarse de encima el estigma del músico callejero asociado a la mendicidad. "Tocar en la calle no es pedir limosna. En los países anglosajones tienen más cultura musical, se interesan por lo que haces; pero aquí notas que la gente te mira mal, no lo valoran como un arte e incluso hay quien se ríe de nosotros", cuenta Jonathan Colombo, compañero artístico de Míster Black. "No solo tocamos en la calle. También actuamos en hoteles o auditorios, hay muchos de nosotros que hemos pasado por el conservatorio. Nosotros defendemos el ejercicio de la música en la calle porque es cultura, enriquece la ciudad y es un atractivo turístico", defiende Scott A. Singer.

No podrán tocar a la hora de la siesta

Una vez que acaben las audiciones, el equipo de valoración tendrá "unos días para decidir cuáles de ellos son aptos", según fuentes municipales. "El resultado estará en las próximas semanas y, por lo que hemos visto, la mayoría pasará la prueba. Ha venido gente muy preparada que demuestran un alto nivel", según portavoces del Consistorio. Aunque la autorización no les dará vía libre para actuar como y donde quieran: no podrán tocar en calles con menos de siete metros de ancho, tendrán que guardar una distancia de 75 metros entre ellos y deberán respetar los horarios de la siesta (de 15.00 a 17.00 horas) y de la noche (tendrán que dejar de actuar a las 22.00 h.). Tales restricciones se incluyen en la declaración del centro como Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) y el decreto del concejal de Centro que regula la actividad de los músicos callejeros.

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