Un piso 'de entrenamiento' ayuda a personas con discapacidad intelectual a independizarse

  • Creada por la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, sirve para que estas personas adquieran las habilidades necesarias para vivir de forma independiente.
  • Convivirán alrededor de 50 personas, en grupos de 12 y en turnos de tres meses.
  • También se trabaja con los padres para ayudarles a entender la independencia como una etapa más de la vida de sus hijos.
Dos personas trastean en la vivienda "de entrenamiento".
Dos personas trastean en la vivienda "de entrenamiento".
Fundación Carmen Pardo-Valcarce
Dos personas trastean en la vivienda "de entrenamiento".

Hay un momento de la vida en que todos queremos independizarnos y empezar una nueva vida en nuestro propio hogar. Las personas con discapacidad no son una excepción, ellos también desean construir su propio nido. Pero en su mayoría encuentran dificultades a la hora de cumplir este sueño.

Para ayudar a estas personas, la Fundación Carmen Pardo-Valcarce ha inaugurado una ‘vivienda de entrenamiento’, con el propósito de que adquieran las habilidades necesarias para poder vivir de forma independiente y autónoma. El proyecto cuenta con la colaboración de Sephora, la Fundación Gmp e IN-PLANIA.

En la 'vivienda de entrenamiento', los usuarios podrán aprender las diferentes labores domésticas necesarias para su emancipación, así como destrezas sociales para poder convivir en un piso compartido, supervisado, solos o con pareja. En la vivienda, situada en la sede de la fundación, convivirán en esta primera edición que dura un año alrededor de 50 personas, en grupos de 12 y en turnos de tres meses.

Gradualmente, los jóvenes irán adquiriendo responsabilidades y pasarán sus primeras noches fuera de casa acompañados por un monitor. De esta manera, podrán adquirir experiencia en necesidades básicas de alojamiento y en los roles propios de la comunidad como trabajar o tener pareja, recibiendo para ello los apoyos adecuados. Una vez transcurrido un periodo de prácticas los responsables de la vivienda valorarán las posibilidades de la emancipación real de los jóvenes.

En este sentido, pueden darse tres opciones: la vivienda tutelada (viven en un piso pero con presencia de un monitor las 24 horas del día), la vivienda supervisada (viven de manera independiente con la supervisión de un profesional del centro unas horas a la semana) y la emancipación por libre (un trabajador social asesorará y acompañará a la persona en cada una de las fases de búsqueda y selección de piso).

Por otro lado, se trabaja con los padres de estos jóvenes para ayudarles a entender la independencia como una etapa más de la vida de sus hijos, educando a ambos en los mismos valores para trasladarlos así a sus hijos.

Como afirma Myriam Becerril, responsable de la vivienda, “la independencia no debe ser planteada desde el punto de vista de cuando falten los padres como un hecho traumático, sino de una manera natural, porque le ha llegado ese momento vital a la persona y está preparada para dar ese paso”.

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