El Archivo Histórico muestra la primera matrícula de un vehículo en la provincia, tramitada al inicio del siglo XX

El Archivo Histórico Provincial de Jaén muestra hasta el próximo día 30 de diciembre el expediente de la primera matrícula de un vehículo de la provincia --la 'J-1'--, concedida tras solicitarla un vecino de la ciudad jiennense de Linares, Ángel Gea Ruiz, "a finales de 1906 o inicio de 1907" para un vehículo de su propiedad, modelo 'Darracq' y fabricado en el municipio francés de Suresnes.
Presentación del Documento del Mes en el Archivo Histórico de Jaén
Presentación del Documento del Mes en el Archivo Histórico de Jaén
EUROPA PRESS/JUNTA DE ANDALUCÍA
Presentación del Documento del Mes en el Archivo Histórico de Jaén

El Archivo Histórico Provincial de Jaén muestra hasta el próximo día 30 de diciembre el expediente de la primera matrícula de un vehículo de la provincia —la 'J-1'—, concedida tras solicitarla un vecino de la ciudad jiennense de Linares, Ángel Gea Ruiz, "a finales de 1906 o inicio de 1907" para un vehículo de su propiedad, modelo 'Darracq' y fabricado en el municipio francés de Suresnes.

El objetivo de esta petición por parte del referido ciudadano era disponer del permiso necesario para circular por las carreteras, y fue dirigida al gobernador civil, quien emitió un "informe favorable" al respecto que permitió conceder la correspondiente licencia de circulación a dicho automóvil, que "fue examinado conforme a lo establecido por el reglamento vigente a principios del siglo XX".

Según ha informado este martes la Junta de Andalucía en una nota, así lo ha explicado el delegado territorial de Educación, Cultura y Deporte, José Ángel Cifuentes, en el acto de presentación de este expediente, que estará expuesto en el marco del programa 'El Documento del Mes'.

De esta manera, el automóvil superó el examen realizado por un ingeniero mecánico que se desplazó hasta la estación de Baeza (Jaén) "para comprobar el correcto funcionamiento del cambio de marchas, el manejo de los frenos y los giros en curvas de radio pequeño", además de que "los órganos de la dirección del mecanismo estaban agrupados de tal manera que el conductor pudiese manejarlos sin dejar de vigilar la vía".

Tras la superación de esta inspección técnica, este vehículo circuló por las vías de la provincia sin matrícula hasta junio de 1907, cuando la Orden de 24 de mayo dispuso que, "ante la dualidad de las inscripciones que se estaban haciendo de los automóviles en ayuntamientos y los gobiernos civiles, se debían identificar los vehículos por provincias a través de dos placas, una en la parte delantera y otra en la parte trasera, de modo que estuviese siempre visible".

Cifuentes ha precisado que, a partir de la identificación de vehículos que imponía esta orden, se puede saber que este automóvil estuvo en circulación "hasta 1925, cuando un vecino de Córdoba lo compró a un conductor de Puente Genil".

El expediente de este vehículo ha sido conservado primeramente en el Gobierno Civil, lugar desde el que pasó con posterioridad a la Jefatura Provincial de Tráfico y, como consecuencia de la transferencia de documentos producida en el año 2010, se encuentra en el Archivo Histórico Provincial.

Características del coche

Según la información difundida por la Junta, el automóvil que había sido fabricado en la industria que Alexandre Darracq, un antiguo constructor de bicicletas, había establecido en Suresnes (Francia), cumplía con los requisitos establecidos por el Reglamento de 1900, y se caracterizaba por estar impulsado por un motor de explosión —número de fabricación 9673— con cuatro cilindros y una potencia de 16 HP, con tres velocidades y marcha atrás —obligatoria para aquellos vehículos que sin carga excediesen de 250 kilos— y un sistema de transmisión por cadena.

Este modelo de Darracq estaba dotado con dos frenos, uno de mano y otro de pie, "cualquiera de los cuales era lo suficientemente enérgico para detener la marcha del vehículo en corto espacio, o atenuarla a voluntad de quien lo maneje". En la parte delantera tenía dos faros de acetileno y dos faroles de señales —con vidrio blanco el de la derecha y verde el de la izquierda—, y un farol con luz roja en la parte trasera.

Las señales acústicas, para avisar a los viandantes, consistían en una bocina "cuyo sonido se percibe a mucha distancia, y una sirena". Además, el vehículo disponía de un depósito de combustible con una capacidad para 50 litros y unas ruedas de madera, con llantas macizas, que contribuían a que el coche pesara un total de 1.360 kilos.

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