Endesa está dispuesta a comprar 90.000 toneladas de carbón de las minas aragonesas anualmente para su central térmica de Andorra (Teruel), pero no de la explotación que la empresa Carbonífera del Ebro tiene en la localidad zaragozana de Mequinenza, han indicado a Europa Press fuentes de la empresa eléctrica.

El carbón que comprará Endesa debe cumplir las condiciones técnicas "necesarias para asegurar el buen funcionamiento de su central, como ocurre con el carbón que actualmente quema", han señalado las mismas fuentes.

"Esta posición, que Endesa ha mantenido desde el principio, está plenamente en línea con lo que se señala en el Decreto de Suministro del Carbón". Éste condiciona la extracción de 90.000 toneladas de Carbonífera del Ebro y su adquisición "por alguna central" a la emisión previa de un informe realizado por un órgano técnico independiente que avale que el empleo del combustible es compatible con el normal funcionamiento de una central térmica.

El análisis técnico del carbón extraído por Carbonífera del Ebro se ha realizado en los laboratorios de Endesa en As Pontes (A Coruña) y ha sido ratificado posteriormente por el Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía, centro tecnológico vinculado a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sevilla.

En línea con la "positiva disposición" que Endesa ha mostrado a lo largo de este proceso, el último análisis se ha realizado sobre muestras de carbón que habían sufrido un proceso de lavado con la esperanza de facilitar su mejor combustión.

Sin embargo, la conclusión de este informe técnico es que "este tipo de carbón produciría aún más daños en la central térmica de Andorra que las anteriores muestras analizadas, incluso utilizado en muy pequeñas dosis".

Así, el informe señala que la utilización del carbón actual de Carbonífera en el mix de la Central Térmica Teruel "es aún más difícil, ya que, debido al lavado, aumentan a la vez el poder calorífico y el contenido de azufre", lo cual supone "limitaciones operativas en el funcionamiento de la caldera y la desulfuración".

Endesa ha considerado que "es lógico tener en cuenta que los problemas de Carbonífera del Ebro afectan a 34 personas y a sus familias, pero también que la utilización del carbón de Mequinenza provocaría la indisponibilidad de la central de Andorra, una instalación cuya operación afecta a 350 empleados en la propia central y a 500 trabajadores que pertenecen a las empresas mineras que aportan el carbón autóctono que utiliza la central".