A Juanma le acaban de hacer la faena de su vida.

Estudia Ingeniería Química en la Universidad de Alicante y hace unos días le han robado los apuntes de un examen que tiene dentro de una semana.

"Estaba en la biblioteca y me llamaron por teléfono. No tardé más de 15 minutos y me los birlaron", dijo.

Rubén, de Ingeniería de Telecomunicaciones, ha aprendido bien la lección.

Su amigo, que estudia unas oposiciones, le ha advertido de que no debe dejar nada si se ausenta porque los libros y ejercicios son también un buen reclamo para los amantes de lo ajeno.

Pero sin duda, el colmo del pillaje irreal se lo ha encontrado Sabina, que se dejó un "taco de hojas" en sucio para hacer operaciones y cuando volvió del aseo habían desaparecido.

A su amiga Necane le quitaron una camiseta "que no valía ni dos duros" y que la tenía apoyada en la silla por si hacía frío.

El presidente del Consejo de Alumnos, Luis Marco, y los portavoces de la Universidad aseguran no tener conocimiento del fenómeno, pero alumnos y profesores corroboran que hay robos de proyectores, carteras, libros, lápices, estuches, etc., y lo achacan a personal ajeno al campus.

Aumentan la vigilancia

La Universidad de Alicante ha ido aumentado progresivamente la vigilancia en el centro.

Si bien las bibliotecas y el centro en general están controlados por guardias de seguridad, la dirección presentó hace unos meses nuevas medidas.

Se trata de la instalación de videocámaras de vigilancia en las zonas más oscuras del campus, así como tarjetas que limiten el acceso en determinadas horas a zonas como los laboratorios o los estudios, que disponen de mucho material.