El hombre que retuvo contra su voluntad a su madre durante 24 horas en el domicilio que compartían en Castellar de Santiago (Ciudad Real), J.G.R., ha aceptado un total de 2 años y 9 meses de cárcel.

El juicio estaba previsto que se celebrara este martes en la Audiencia de Ciudad Real, aunque al final ha habido acuerdo entre las partes, que será recogido en la correspondiente sentencia de conformidad.

En concreto, el pacto fija una pena de 2 años por un delito de detención ilegal, 6 meses por otro de atentado a la autoridad y 3 meses por un tercero de lesiones. Además, tendrá que hacer frente a una multa de dos meses con una cuota diaria de 6 euros por dos faltas de lesiones.

En total, por todos estos delitos, el fiscal pedía de partida un total de 4 años y 6 meses y elevaba la multa a 90 días con una cuota diaria de 12 euros.

Por su parte, la defensa del acusado ha relatado que en la reducción de la pena se ha tenido en cuenta la "eximente incompleta" de drogadicción, aunque no se ha estimado la inimputabilidad del hombre por problemas psicológicos.

A su vez, la abogada de la defensa va solicitar que se condone la pena a cambio de su ingreso durante dos años en un centro de desintoxicación de drogas. La abogada ha recordado que, desde el primer momento, la madre perdonó a su hijo por lo que había hecho.

Los hechos se iniciaron el día 9 de octubre de 2012, cuando el hombre, que estaba bajos los efectos de las drogas, ató las manos a su madre con una brida, impidiéndola salir de la casa.

Al día siguiente, sobre las 15.00 horas, cuando dos agentes de la Guardia Civil se acercaron a la vivienda, el acusado amenazó con golpear a su madre con un martillo y con quitarse la vida después, incendiado la casa utilizando una bombona de gas butano.

El hombre lanzó varios objetos a los agentes y rompió el cristal de la puerta de entrada a la vivienda, provocando heridas a los agentes.

Aprovechando la situación, los agentes entraron en la casa para liberar a la mujer y detener al hombre, produciéndose un forcejeo en el que los agentes recibieron varios puñetazos y mordiscos.

Finalmente, la mujer pudo ser liberada y el procesado defendido, siendo trasladado éste al hospital.