El desempleo galopante y la precariedad del escaso empleo existente están pasando factura a los jóvenes de la Comunitat Valenciana que habían iniciado un proyecto de vida fuera del hogar familiar o tenían en mente iniciarlo.

Y es que, según los datos del segundo trimestre de 2013 del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, desde el segundo trimestre de 2012, un total de 29.870 jóvenes de 16 a 34 años que se habían independizado se han visto obligados a volver a casa de sus padres o tutores acuciados por la crisis.

Por franjas de edades, un 23,7% de los 175.194 jóvenes valencianos de 16 a 29 años viven independizados, lo que supone un descenso del 1,67% con respecto al año anterior. Mientras, de las 304.158 personas censadas en la Comunitat de 30 a 34 años, el 76,8% sigue emancipado, un 8,9% menos que un año antes.

La principal causa de este descenso, según el estudio, es que la población ocupada ha caído un 16,6% en el último año entre los jóvenes de 16 a 29 años, mientras que en el caso de las personas de 30 a 34 años, el descenso ha sido del 5,5%.

A todo ello se unen los bajos salarios que perciben los que tienen empleo. En este sentido, el sueldo medio de un joven de 16 a 29 años asciende a 12.360 euros, mientras que el de uno de 30 a 34 años es de 15.334 euros.

Además, el número de hogares jóvenes sin personas ocupadas es un 28,7% mayor que a principios de 2013, lo que, unido al descenso de los salarios, hace que la renta de los hogares jóvenes en la Comunitat se haya reducido un 4,6%.

Aun así, este mal dato se compensa con el abaratamiento del precio de la vivienda en la autonomía valenciana, donde el precio medio de un piso libre de segunda mano es de 102.080 euros, un 9,8% menos que hace un año, y el precio máximo tolerable para un hogar joven llega a los 106.488 euros.

La movilidad de los jóvenes entre comunidades autónomas se ha saldado con 2.471 personas de 16 a 34 años menos en la Comunitat Valenciana. De ellas, 1.786 son españolas. La mayoría (1.164) tiene entre 16 y 29 años y es un 20,3% más de los que se fueron de la Comunitat hace un año. El resto (622) tiene de ?30 a 34 años y es un 8,1% más de los que salieron un año antes. La llegada de jóvenes de fuera no ha compensado las salidas.

A sus 36 años, Manuel Lillo vive aún en el hogar familiar. Varios han sido los motivos que, unidos, le han imposibilitado emanciparse hasta ahora: «Las motos son mi gran pasión y hace unos años, cuando tenía empleo, pedí un crédito y me compré la que siempre había querido». Sin embargo, meses después perdió el trabajo y se vio lastrado por la deuda, que ahora está acabando de pagar. Según explica, «por suerte he vuelto a encontrar trabajo y ya estoy empezando a mirar pisos en alquiler para independizarme». Y eso que reconoce que en casa de sus padres no está nada mal: «Mis padres nunca me dicen nada, les estoy muy agradecido, pero llega un momento en el que necesitas independencia e intimidad».