El secretario general de Adegi, José Miguel Ayerza, ha acusado a la Diputación de Gipuzkoa de "entorpecer la actividad empresarial" y llevar a cabo una "persecución de la empresa". En este sentido, ha advertido de que "el beneficio no está bien visto", y ha incidido en que este tipo de políticas "en nada benefician a la economía, el bienestar y el futuro del país".

En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, el responsable de la patronal guipuzcoana ha indicado además que el caso de la empresa alavesa Tubacex es una "importante llamada de atención", ya que "no hablamos de deslocalizar empresas a China o la India", sino a "100 kilómetros de Euskadi", en Cantabria.

Asimismo, ha defendido que el País Vasco padece una "crisis de competitividad" y ha apostado por llevar a cabo una "contención de los salarios porque, "a corto plazo, es la vía más directa" para la mejora de la productividad.

Preguntado por la normal foral de Gipuzkoa que obliga a las empresas a aplicar el convenio del Territorio si quieren optar a obra pública, Ayerza ha reconocido que se está ante "un elemento más de cómo en Gipuzkoa se está, de alguna manera, entorpeciendo la actividad empresarial".

"La Diputación no solo lo hace en el sector de la construcción, sino también en el caso de las residencias de la tercera edad. Existe una persecución de la empresa, del beneficio, y todo tipo de obstáculos son bienvenidos en tanto en cuanto vayan en contra de la actividad empresarial", ha denunciado.

A su juicio, con estas políticas se está haciendo "un flaco favor al futuro del país", ya que si lo que se quiere es mantener las empresas y atraer nuevas inversiones "este tipo de políticas en nada benefician a la economía, el bienestar y el futuro del país".

Tras reconocer que se padece una "crisis de competitividad", ha advertido de que el mundo cambia a gran velocidad y uno de los principales cambios ha sido "la irrupción de los países emergentes".

"Hablamos de países que tienen cada vez una mayor potencia tecnológica y económica con los que hay que competir en el contexto mundial. Eso conlleva medidas doloras en el corto plazo que nos harán fuertes en el medio y largo. Si no somos conscientes de que esas medidas hay que tomarlas cuanto antes, las consecuencias serán más deterioro de la actividad económica, mas cierre de empresas y más desempleo".

En este contexto, ha reconocido que "nuestros productos y empresas han perdido competitividad" respecto a países competidores, incluidos países europeos.

Contención salarial

Por ello, ha abogado por hacer una apuesta en el medio y largo plazo por una industria avanzada de mayor valor añadido y contenido tecnológico, "lo que implica una apuesta por la investigación y formación".

"A corto plazo la vía más directa es la mejora de la productividad y aquí tenemos que tomar decisiones urgentes que no son del agrado de la mayoría, pero necesarias: hablamos de una contención de los salarios, de una mayor flexibilidad, de intentar mantener el mayor número de puestos de trabajos", ha indicado, para añadir que ello requiere de "grandes acuerdos entre empresarios y trabajadores, lo que en Euskadi está resultando francamente complicado".

Respecto a por qué no hay acuerdos entre empresas y sindicatos en el País Vasco, Ayerza ha reconocido que la cuestión "habría que preguntársela a la parte sindical".

"Nosotros, una y otra vez, estamos mostrando nuestra disposición al acuerdo. Ponemos encima de la mesa los datos de esta crisis y no hace falta dar más explicaciones. Todos vivimos las consecuencias de la crisis y lo que toca es acordar aquellas medidas que en el corto plazo van a ser dolorosas, pero también necesarias para garantizar el futuro de las empresas y el país", ha indicado.

TUBACEX

En este contexto, ha puesto como ejemplo la situación vivida con la empresa alavesa Tubacex, quien ha anunciado que tiene previsto abrir una nueva planta en Cantabria y que ha reconocido "no es un caso aislado".

"No deja de ser el fiel reflejo de lo que sucede en Euskadi. Cuando se habla de pérdida de competitividad hay un elemento fundamental que es la flexibilidad laboral y la dificultad de la compañía de adaptarse al entorno. Esa dificultad, esa conflictividad laboral, unida a los altos costes laborales, los más altos del Estado, y unas jornadas que son las menores del Estado son un cúmulo de circunstancias que conllevan buscar la competitividad en otros lugares y hablamos de 100 kilómetros de distancia", ha indicado.

Por ello, ha considerado que el caso de Tubacex es una "importante llamada de atención", ya que "no hablamos de deslocalizarnos a China o la India y nos debería hacer pensar qué es lo que hacemos tan mal".