Condenados en Valladolid a penas de dos años dos de los cuatro acusados de la 'estafa del cobre'

Los administradores de Tanemare y Comercial Crown tendrán que desembolsar una indemnización conjunta de 500.000 euros

La Audiencia de Valladolid ha impuesto penas de dos años de prisión a los administradores de las empresas Tanemare S.L. y Comercial Crown 3000, Javier B.C. y Jacinto Santiago B.V, respectivamente, por un delito continuado de estafa cometido en el año 2006 sobre tres clientes a quienes convencieron para que desembolsaran cantidades por importe global de 500.000 euros por la importación de cobre desde Chile, sin que el metal fuera adquirido ni el dinero devuelto a los pagadores.

En su sentencia, la Sección Cuarta de lo Penal considera artífices de la estafa a ambos administradores, a quienes, amén de los dos años citados, frente a los cuatro pedidos por el fiscal, condena igualmente al abono conjunto y solidario de indemnizaciones por importe de medio millón de euros, de ellos 200.000 para resarcir a Óscar P.L. y sendas cantidades de 150.000 en beneficio de Ángel F.R.L. y José Ignacio M.M, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Por contra, el fallo ha dejado libre de cargos a otras dos personas que compartieron banquillo con los dos anteriores, Jacinto Santiago B.V. y José María B.G, quien en las fechas en las que se cometió el delito era director de una sucursal de Banesto. La acusación pública entendía que ambos habían ayudado a los condenados en la comisión de la estafa, si bien la sala no considera delictiva su conducta.

Los hechos se remontan a los primeros meses de 2006, cuando el responsable de Tanemare, Javier B.C, contactó con el de Comercial Crown 3000, Miguel Ángel P.R, para la adquisición de cobre y ambos suscribieron un contrato en virtud del cual el primero asumía el compromiso de comprar mensualmente 10.000 toneladas del citado mental, que le proporcionaría el segundo. Además, Javier B.C. asumía la obligación de realizar los pagos de forma anticipada.

Este último, se puso en contacto entonces con otras personas, Ángel F.R.L. y José Ignacio M.M, a las que ofreció participar en el negocio, y logró que en abril de 2006 los dos citados desembolsaran 150.000 euros cada uno haciéndoles creer que dichas cantidades les serían devueltas a los quince días y con una alta rentabilidad.

EXCUSAS

Ante el retraso en el abono de las cantidades, las dos supuestas víctimas pidieron explicaciones y los acusados les comentaron entonces que había problemas con el barco y otras excusas similares, sin que hasta la fecha hayan podido recuperar el dinero invertido.

Pero además, ambos administradores han sido también hallados culpables de la estafa sufrida por un tercer cliente, Óscar P.L, quien desembolsó un total de 200.000 euros destinados a la importación del metal.

Sin embargo, no consta que los condenados realizaran gestión alguna para la adquisición e importación del cobre, ni que tampoco procedieran a la devolución del dinero invertido ni al pago de beneficio alguno a los inversores, que preocupados realizaron diversas llamadas a los imputados a medida que transcurría el tiempo y éstos no hicieron otra cosa que darles largas pues les decían que el cobre estaba a punto de llegar.

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